“…A pesar del crecimiento exponencial de la producción de leche, especialmente a partir del fin de las cuotas en el 2015, los últimos años han estado marcados por una profunda crisis de precios de la leche que ha puesto en importantes dificultades la continuidad de muchas explotaciones (Barbeta-Viñas y Requena-i-Mora, 2022 y 2023; Díaz Yúbero, 2016). Esta cuestión ha estado menos vinculada con la demanda y el consumo de leche, cuyas preferencias sí han influido históricamente sobre la elección de tipos de leche determinados (Collantes, 2019), que con la incorporación de la mayoría de granjas lecheras a la ganadería de mercado, con un fuerte control por parte de la industria lechera y en un contexto altamente competitivo, especializado y globalizado (Bonanno, Russo y Menapace, 2018; Collantes, 2016). El precio de la leche cruda ha estado así sujeto a una fuerte volatilidad a la baja, dificultando las previsiones y contratiempos de los ganaderos (O'Connor, Bergmann y Keane, 2015;Glover, 2015).…”