issn impreso 0250-7161 | issn digital vol 43 | n o 129 | mayo 2017 | pp. 71-92 | artículos | ©EURE Las movilidades poblacionales y su impacto territorial en la estructura espacial de las ciudades turísticas.
El caso de San Carlos de BarilocheVíctor Medina. Fundación Bariloche, San Carlos de Bariloche, Argentina.resumen | Partiendo de las características que presenta el crecimiento urbano de una ciudad turística de Argentina, San Carlos de Bariloche, el propósito inicial de este artículo es relacionar su fisonomía espacial con las migraciones de amenidad y los procesos de naturbanización. Ambos fenómenos refieren al impacto de las movilidades poblacionales en entornos naturales privilegiados y de gran atractivo turístico. En el caso de la localidad andina, se postula que estas movilidades supusieron una incidencia histórica en las características de su expansión territorial que todavía perduran. Para dilucidar su manifestación más reciente, se analizarán algunas de estas caracterís-ticas en expresiones que permitan descubrir la reiteración de lógicas estructurales en el crecimiento de la urbe. Esto permitirá sembrar algunos interrogantes respecto a la tipicidad de su suelo -y de otras ciudades de entornos ambientales singulares-y las rentas que les podrían estar asociadas.palabras clave | migración, morfología urbana, medioambiente urbano.
IntroducciónSan Carlos de Bariloche es una ciudad turística ubicada al sudoeste de la provincia de Río Negro, al norte de la Patagonia argentina. Dueña de un entorno natural único, cuenta con sobrados lagos y cuencas hídricas que le permiten, junto al característico despliegue montañoso circundante, erigirse como un lugar de ensueño paisajísticamente privilegiado. Estas propiedades, históricamente celebradas, fueron también las que sentaron las bases materiales de su formación y promoción como destino turístico. Sin embargo, sus bondades naturales se convirtieron prontamente en objeto de voraces apetencias que condicionaron la dirección del crecimiento de la urbe desde ámbitos lejanos a sus límites geográficos y jurisdiccionales. Ello ocurrió sea porque Bariloche en sus orígenes formaba parte de la jurisdicción de los antiguos territorios nacionales o porque, una vez encuadrada en los límites provinciales, la autonomía y potestad local se subsumieron a otros intereses igualmente alejados del arraigo local y la experiencia cotidiana de vivir en la ciudad. En este marco, cabe pensar que sus atractivos naturales diferenciales la hicieron presa de un mercado inmobiliario que trascendió las fronteras de la localidad. El hecho de que el crecimiento de San Carlos de Bariloche históricamente haya avanzado hacia el oeste, en una extensión cercana a los 45 kilómetros sobre la costa del lago Nahuel Huapi, y cuente con una superficie ejidal de 27.455 hectáreas (mayor, incluso, que la de la capital del país, Buenos Aires), consigue instalar como interrogante el rol del medio natural en las lógicas de ocupación territorial, permitiendo avizorar su incidencia en la determinación de la estru...