“…Según el modelo simple de lectura (Hoover & Gough, 1990) el nivel de comprensión lectora de un niño, depende del buen funcionamiento de las habilidades de decodificación, relacionadas con dificultades de procesamiento fonológico (Wagner & Torgesen, 1987;Catts 1993) y de la comprensión oral, relacionadas con dificultades semánticas, sintácticas y de procesamiento del discurso (Stothard & Hulme 1992;Catts, Fey, Zhang, & Tomblin, 1999). Los niños con TEL muestran grandes diferencias individuales debido a la heterogeneidad del trastorno (Macchi, Schelstraete, & Casalis, 2014;Buil-Legaz, Aguilar-Mediavilla, & Rodríguez-Ferreiro, 2015), ya que pueden tener afectados los procesos de lenguaje, tanto fonológicos como no fonológicos (Bishop y Snowling, 2004;Acosta, Santana, del Valle Hernández, & Expósito, 2016). En consecuencia, como argumentan Bishop y Snowling (2004) las dificultades concretas de lectura dependerán de las dificultades en los diferentes dominios del lenguaje que tengan afectados.…”