“…Aunque con distinta proporcionalidad, sus resultados coinciden en mostrar un desacuerdo mayoritario hacia la legalización del dopaje en el deporte. En cuanto a los motivos que conducirían a doparse, el más importante sería ganar las competiciones y mejorar el rendimiento deportivo (Connor et al, 2013;Mroczkowska, 2011;Scarpino et al, 1990;Striegel et al, 2002). Otros estudios señalan que en la conducta dopante también influyen: la percepción de que el resto de competidores se dope (Dunn et al, 2012; Morente-Sánchez y Zabala, 2013); una mayor orientación hacia el ego que hacia la tarea a la hora de competir (Sas-Nowosielski y Swiatkowska, 2008); no ver mal el saltarse las reglas (Whitaker et al, 2012), o el hecho de estar a favor de la legalización del dopaje (Kindlundh et al, 1998;Petróczi, 2007).…”