“…Como principales provechos de los hábitos de interacción de los jóve-nes en redes sociales se podrían enumerar el "activismo de una generación conectada", más vinculada con temas políticos y sociales (Herrera, 2012), un sistema de producción y consumo (prosumo) independiente y alejado de "mecanismos de manipulación simbólica" (Castells, 2012: 5), un potente instrumento para el aprendizaje y la formación intelectual y profesional (Rial et al, 2014); mientras que, por el contrario, aparecen problemas, más frecuentes en la población joven, como la adicción a estar conectados y los efectos de la "hiperconexión", que pueden generar estrés, aislamiento social, conflictos familiares, descenso en el rendimiento académico, degradación del lenguaje, potenciar conductas individualistas y suplantación de identidades (Shapira et al, 2003;Echeburúa y de Corral, 2010;Caldevilla, 2010;Lee y Stapinski, 2012), siendo las redes sociales y los videojuegos online los que más adictos están generando (Lam et al, 2009).…”