“…Desde su salida de India, el panorama del cero era prolífero, sin embargo, su aceptación en Europa estaba condicionada por varios factores. Uno de ellos fue la influencia de la matemática de los griegos, la cual estaba regida por principios lógicos y geométricos, y era estudiada en gran parte del continente por comunidades religiosas, en las que prevalecían las ideas teológicas sobre el desarrollo de la ciencia, por lo que el cero proveniente de la matemática islámica no era bien aceptado por sus creencias religiosas (Barrow, 2012;Betti, 2017;Joseph, 2008). Seife (2006) y Webb (2015) mencionan que el cero estaba enmarañado por las concepciones peligrosas sobre el ser y no ser, el universo y la nada, lo tangible y lo imaginable; ideas que permearon la filosofía cristiana muy promulgada por Europa, que entraba en conflicto con las ideas que llegaban de Oriente, con el islamismo y el ingenioso sistema indo-arábigo.…”