Zum Notstandsproblem

Abstract

Nach zwanzigjähriger Ruhe ist das Notstandsproblem erneut in Bewegung geraten. Wie damals, hat auch jetzt die Entscheidung eines obersten Gerichtes infolge von Situationen, vor die das Leben uns gestellt hat, die Problematik wieder in Fluß gebracht. Ob allerdings die Euthanasieentscheidung des OGH. vom 5. 3.1949 (OGH. St. l S. 321 ff.) die gleiche dogmatisch wegweisende Bedeutung haben wird wie die berühmte Entscheidung des RG. vom 11. 3.1927 (RG. 61 S. 242ff.) erscheint mir mit Eberhard Schmidt zweifelhaft 1 ). »Die ängstlichen Verklausulierungen, mit denen der OGH. dem ungewöhnlichen Gebilde eines übergesetzlichen persönlichen Strafausschließungsgrundes zum Leben verhilft« (Eb. Schmidt), haben ihm leider die großzügige Lösung des tragischen sittlichen Konfliktes, der zur Entscheidung stand, versperrt. So ist es nicht zu einer befreienden, die Rechtswelt mit der sittlichen Welt in Einklang bringenden Entscheidung gekommen. Dennoch hat man gerade dieses Verdienst der Entscheidung des OGH. nachrühmen wollen. Karl Peters hat in einer Antikritik zu Eberhard Schmidt und mir 2 ) dem OGH. bescheinigt, wiaß es ihm in dem entscheidenden Punkte: Abgrenzung der Rechtfertigungs-, Schuldausschließungs-und persönlichen Strafausschließungsgründe gelungen ist, die Harmonie von Recht und Sittlichkeit, von Rechtssicherheit und Gerechtigkeit, von Gemeinschaftsschutz und Individualschutz herzustellen«. Auch der OGH. selbst hat in einer neueren Entscheidung (OGH. 2 S. H7ff.) 3 ) in Erwiderung auf die Kritiken von Eberhard Schmidt und mir seinen Standpunkt weiter präzisiert. Haben nun diese Äußerungen neue Gesichtspunkte beil ) Vgl. die Besprechungen von Eberhard Schmidt in SJZ. 1949, Sp. 570ff. und von mir in MDR. 1949, S. 371 ff.; s. auch H. v. Weber, Kiesselbach-Festschrift, 8.249. *) Juristische Rundschau 1949 S. 496if. 8 ) Vgl. dazu jetzt Härtung, NJW. 1950 S. 151. Brought to you by | University of Glasgow Libr Authenticated Download Date | 6/26/15 8:59 PM M ) So vor allem Bei in g, Deutsches Reichsstrafprozeßrecht S. 24 ;o: Kern; Strafverfahrensrecht S. 54; ebenso Seibert, DRZ. 1949 8.557. -Dafür spricht übrigens noch folgende Erwägung: Wenn der Grundsatz in dubio pro reo anerkanntermaßen sogar für Prozeßvoraussetzungen gilt, dann muß er noch viel mehr für die Strafbarkeitsbedingungen gelten. Vgl. dazu Niese DRZ. 1949, 8.505. Brought to you by | University of Glasgow Lib Authenticated Download Date | 6/26/15 8:59 PM

Autonomous Vehicles Require Socio-Political Acceptance—An Empirical and Philosophical Perspective on the Problem of Moral Decision Making

“…The situation described above is very similar to trolley problems . The classical trolley dilemma was first introduced as a juridical thought experiment by Welzel ( 1951 ) and made popular in philosophy by Philippa Foot ( 1967 , p. 8), who described it as follows: “It may […] be supposed that he is the driver of a runaway [trolley] which he can only steer from one narrow track on to another; five men are working on one track and one man on the other; anyone on the track he enters is bound to be killed.” The trolley rushes toward the five workers, however, the driver could decide to steer the trolley onto the other track. In this case only one worker would die instead of five.…”

Trolleyology: ¿de quién es el dilema del tranvía?

“…Por eso, considera que las normas jurídicas deben ir más allá del mero acto específico y su intencionalidad, si bien la finalidad es relevante, Welzel (1951) se decanta por los resultados que dicha acción ocasiona. La doctrina de la acción se concentra entonces en el hecho de entrar en un escenario en el que se obtiene un resultado y, este, por supuesto, produce un efecto, más la imputabilidad de la acción está en los efectos, no en el designio.…”

“…Sin importar cuál es la intención que la persona pueda tener para mover el elemento A, a la posición B, el hecho es que efectúa una acción que hace que un estado de cosas en el mundo cambie. Cuál es la intención que pueda tener esa persona para mover algo de su entorno, para Welzel (1951), es algo secundario, lo mismo para Engisch (1930). Lo principal es el efecto que causa A sobre C al moverse a B. Una acción es punible siempre y cuando la persona que comete el acto tenga la voluntad de hacerlo, no importa sus intenciones, simplemente quiere hacerlo, y lo hace.…”

“…Aunque suele citarse a Foot (1967) como la autora original del DT, fue Thomson (1976;1985) quien le dio forma actual al dilema; Sin embargo, sostengo que ambas pudieron haber sido inspiradas por los planteamientos dilemáticos hechos muchos años atrás por Welzel (1951) así como por Engish (1930) pero no fueron citados por ninguna de las dos (al menos en los trabajos de 1967; 1976 y 1985), como tampoco son citados, o tal vez ni siquiera conocidos, por autores posteriores que suelen considerar que el DT es autoría de Phillppa Foot (Cfr. Petrinovich & ONeill, 1996;Greene et al 2001;Kamm, 2015).…”

“…El primer antecedente se encuentra en el jurista alemán, Karl Engisch quien hizo una primera alusión al postrero DT; después, el también jurista alemán, Hans Welzel planteará un problema dilemático similar. El punto aquí es que ni Foot, ni Thomson, ni otros autores posteriores (Petrinovich & ONeill, 1996;Greene et al, 2001;Kamm, 2015) por citar algunos, se refirieron a los trabajos de Engisch (1930) ni al de Welzel (1951) quienes, de alguna manera, habían resuelto dicho problema desde el marco normativo de lo estrictamente legal. El propósito del presente trabajo, no es resolver el DT sino, únicamente, analizar qué fue literalmente lo que cada uno de los autores dijo, y de qué manera el DT debería ser resuelto, más allá de un supuesto enfrentamiento de posturas morales entre deontologistas y consecuencialistas.…”