Los probióticos son microorganismos que al ser administrados en cantidades adecuadas ejercen un efecto benéfico sobre la salud del huésped, ayudando a la restauración del microbioma intestinal, la cual brinda beneficios tales como la síntesis de ciertas vitaminas del grupo B, mejora la biodisponibilidad de nutrientes, reducción de colesterol LDL en la sangre, mejora en la función inmunológica y actividad antimicrobiana sobre microorganismos patógenos. Existen diversas fuentes vegetales donde se han reportado diversos microorganismos probióticos como lo son los Bacillus que son obtenidos de miel de abejas sin aguijón y de maíz mohoso, levaduras obtenidas de ciertos cereales como fura y de masa madre altamura, bacterias ácido lácticas y bifidobacterias extraídas de vegetales fermentados de oriente como el kimchi, repollo, pepino y pocai, y fuentes animales de donde se han reportado el uso de BAL extraídas de leche materna, de pollos libres de microorganismos patógenos y de leche de búfala. Principalmente todos los microorganismos se aislaron para evaluar la resistencia a antibióticos, a concentraciones biliares de 0.3%, concentraciones ácidas con un pH de entre 2-3, actividad antimicrobiana contra cepas de bacterias patógenas como Salmonella, Listeria, Escherichia coli, y Bacillus, con el fin de conocer si estos microorganismos pueden ser aptos para ser posibles probióticos.