El suicidio como causa de muerte supera a muchas enfermedades muy extendidas en el mundo también constituye la causa más frecuente de muerte violenta no accidental. A escala planetaria  causa más muertes que el terrorismo y las guerras. En las últimas dos décadas en el Paraguay, el incremento en el número de suicidios ha sido notable y bastante preocupante si se toma en cuenta que no existe un servicio público de auxilio para situaciones de riesgo de suicidio y el presupuesto de salud mental del país es el más bajo del Cono Sur. Al mismo tiempo que la crisis económica, el desempleo y la precariedad laboral, afectan sobre todo a la franja etaria juvenil, allí también es donde se ubica la cantidad más alta de suicidios de los últimos años, el análisis de este trabajo comporta sobre todo el año 2020. No hay peor problema que desconocer el problema. El número de suicidios en Paraguay es más alto que los homicidios y feminicidios, en 12 años hubo un incremento del 218%. Urge investigar causas y detonantes y pensar en respuestas políticas de urgencia y también estructurales.

En el Paraguay, donde la mano de obra ocupada está mayoritariamente en la agricultura y los servicios, en pocos años pueden desaparecer más de la mitad de los empleos actuales. La irrupción de la revolución tecnológica está produciendo grandes cambios en todos los sectores y en estos dos citados en particular, a escala internacional. La perspectiva de la organización productiva actual es que puede prescindir de la mano de obra de manera acelerada, sobre todo de la poco calificada. La nueva situación emergente implica desafíos para las organizaciones campesinas y sindicatos de trabajadores, para los gobiernos y sus programas educativos, agrarios y para la planificación estratégica de la economía nacional. Los científicos sociales tienen ante sí la necesidad urgente de estudiar este proceso y de realizar pronósticos, prever consecuencias y orientar con recomendaciones.

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Es clave comprender las causas fundamentales de la crisis económica actual y sus implicaciones en el mundo del trabajo. El Coronavirus es un detonante, pero no la razón de la crisis. Después de cada crack económico sobreviene una serie de medidas de reorganización productiva que afecta profundamente las condiciones laborales. Las instituciones internacionales y los gobiernos no ocultan sus planes de reformas. Desde la revolución conservadora de Reagan no ha parado el proceso de flexibilización, que con cada crisis se ha profundizado.

Las políticas públicas van más allá del servicio social específico, la utilidad de las mismas, para el aparato estatal es amplia. El Estado tiene como primer objetivo fortalecer su poder. La salud pública es un aspecto central de la intervención política y dentro de ella, la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS) cumple un papel relevante. Dentro de la estrategia de APS los Agentes Comunitarios de Salud (ACS), son la puerta de entrada del sistema de salud y también el mecanismo más amigable de investigación estatal. Desarrollan una tarea fundamental: son el puntal indispensable para la adherencia de los pacientes al tratamiento médico y construyen el marco de confianza para el proceso de búsqueda, recolección y procesamiento de los datos sobre los individuos y el entorno, para el acceso del Estado a la intimidad de las personas y finalmente para el control social.