ReseñaAlvarez Junco, J. (2016). Dioses útiles. Naciones y nacionalismos.Madrid: Galaxia Gutenberg, 316 págs.Un título puede ser una declaración de principios y guardar una estudiada coherencia con toda la obra de su autor. Éste es uno de esos casos. José Álvarez Junco combina, en un verdadero 'tour de force', historia, ciencias sociales y filosofía política, para construir un libro que es, a la par, síntesis y ensayo y que, por ello mismo, constituye una culminación a la vez que un comienzo, al plantear nuevas preguntas y permitir abrir nuevas vías. Dioses útiles, la primera parte del título, resume la reflexión que como un hilo rojo recorre todo el libro, no siempre de modo explícito, lo que deja libertad al lector para sacar sus propias conclusiones sobre lo que constituye su núcleo, el estudio de Naciones y Nacionalismos. El plural no es casual. El objetivo declarado del autor es entender el caso español, lo que exige plantearlo desde una perspectiva comparada, única válida en cualquier análisis crítico, es decir, científico. Es esa perspectiva la que constituye una de las principales aportaciones de este libro que comienza con una síntesis de la revolución científica sobre los nacionalismos en la que se repasa el proceso que durante más de dos siglos, y gracias a la fórmula plurifuncional del nacionalismo que, según los tiempos, se ha combinado con programas democráticos, socialistas, conservadores, modernizadores, militaristas e imperiales, ha hecho de la nación el sujeto de la historia. Es este enfoque nacional, con la nación como la protagonista de la Historia con mayúsculas, es decir, de "la construcción intelectual sobre los hechos del pasado"(Á. Junco, 2016: 29), el que está en cuestión. La nación ha pasado de ser concebida como algo esencial, inserto en el orden natural, a ser presentada como un fenómeno resultante de "una construcción histórica, producto de múltiples acontecimientos y factores, algunos estructurales pero en su mayoría contingentes" (ibid, xiv). Así lo muestran las páginas brillantes e imprescindibles de este primer capítulo que estudia los análisis y debates de los especialistas más relevantes sobre el tema, dejando claro cómo la revisión historiográfica hecha desde las últimas décadas del siglo pasado plantea unos retos ineludibles al historiador, que lejos de ser un mero observador, forma parte fundamental del proceso. La historia, aunque cumple algunas de las funciones del mito (crear identidad, dar autoestima, legitimar propuestas políticas),