Abstract. The world experienced the beginning of the COVID-19 pandemic by the end of 2019 to the beginning of 2020. Governments implemented strategies to contain it, most based on lockdowns. Mexico was no exception. The lockdown was initiated in March 2020, and with it, a reduction in the seismic noise level was witnessed by the seismic stations of the national and Valley of Mexico networks. Stations located in municipalities with more than 50 000 people usually experience larger seismic noise levels at frequencies between 1 and 5 Hz, associated with human activity. The largest noise levels are recorded in Mexico City, which has the largest population in the country. The largest drop was observed in Hermosillo, Sonora; however, it was also the city with the fastest return to activities, which seems to correlate with a quick increase in confirmed COVID-19 cases. Mexico initiated a traffic-light system to modulate the re-opening of economic activities for each state. Therefore, since 1 June, noise levels have generally reflected the colour of the state traffic light. Furthermore, the reduction in the noise level at seismic stations has allowed identification of smaller earthquakes without signal processing. Also, people in cities have perceived smaller or more distant quakes.

El sismo de Michoacán-Colima el 19 de septiembre de 2022 (Ms 7.6, Mw 7.6) rompió el límite NW de la interface entre las placas de Cocos y norteamericana, causando daño severo a muchas poblados y ciudades en los estados de Michoacán y Colima. El daño fue además agravado por una réplica de magnitud importante (Mw 6.7) el 22 de septiembre. El sismo principal inició debajo de la costa a una distancia hipocentral de 22 km de la estación sísmica de Maruata (MMIG) donde las aceleraciones y velocidades máximas registradas, PGA y PGV, fueron de 1g y 28 cm/s, respectivamente. El epicentro de la réplica más grande se localizó a ~30 km al SE del sismo principal. El modelado de falla finita del sismo principal presentado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), revela una propagación de la ruptura a lo largo del rumbo de la falla hacia la dirección NW con una caída de esfuerzos estáticos Δσs, of 3.7 MPa. Nuestra estimación de energía radiada, ER, es 3.44x1015J, de tal manera que ER /M0 es de 1.27 × 10−5  valor similar al calculado para otros grandes sismos de subducción cuyas área de ruptura no se extienden hacia la trinchera. El área que contiene las réplicas del sismo principal de 2022 se traslapa con el área de réplicas del sismo del 30 de enero de 1973 (Mw7.6). Los sismográmas Galitzin de los dos sismos registrados en la estación DeBilt (DBN) localizada en los Países Bajos son razonablemente similares de tal manera que pueden ser clasificados como eventos quasi-repetidos. Por otro lado, el sismograma DBN del sismo del 15 de abril de 1941 (MS 7.7), cuya localización no se conoce bien del todo, aunque se sabe que ocurre en la misma región, difiere sustancialmente de los sismogramas de 1972 y 2022, sugiriendo que el primero rompió un área diferente de la del sismo de 1941. Un análisis extensivo de registros regionales exhibe el efecto de directividad observada en los datos de movimientos fuertes y en los cocientes de aceleraciones del sismo principal y de las aceleraciones de la réplica mayor. La directividad explica la dependencia azimutal observada en los cocientes de PGA y PGV, los cocientes espectrales, la distribución de PGA y la respuesta espectral a 2s Sa (T = 2 s). Debido a la directividad, los valores de PGA, PGV y Sa (T = 2 s) en el Valle de México durante el sismo principal y la réplica mayor fueron muy similares a pesar de la diferencia en magnitud de 0.9. En CU (el sitio de roca firme de referencia en la Ciudad de México), PGA y PGV durante ambos eventos fueron de ~ 6 cm/s2 and 2 cm/s, respectivamente, valores más bajos que los esperados para el sismo principal y más altos que los esperados para la réplica mayor.