Introducción: en un currículo por competencias, la evaluación desde diferentes perspectivas permite una mejor aproximación al dominio que cada estudiante alcanza, acorde a los postulados establecidos. Objetivo: aplicar una rúbrica de evaluación integral de competencias y resultados de aprendizaje de fin de Carrera Médica con un paciente simulado en la Clínica de Simulación y Robótica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador. Métodos: estudio epidemiológico, transversal y analítico para evaluar egresados de la Carrera de Medicina de la cohorte de septiembre 2017-agosto 2018 con una población de 250 profesionales que pasaron el Examen de Habilitación para el Ejercicio Profesional de Médicos y la aprobación de los cinco ciclos del Internado Rotativo (Medicina Interna, Pediatría del recién nacido y de niños, niñas y adolescentes, Cirugía General, Ginecología-Obstetricia y Salud Comunitaria). Se diseñó una rúbrica por necesidades priorizadas según ciclos de vida para el primer nivel de atención; se evaluaron 3 prioridades por área investigada de los ciclos de internado rotativo; en promedio se asignó 40 minutos por rúbrica acorde al modelo piloto desarrollado previéndose 30 días de evaluación en jornadas de 4 horas diarias por 9 evaluadores que son docentes especialistas en las diferentes áreas evaluadas, en siete escenarios simulados de primer nivel de atención en salud, con experiencia en simulación clínica, previamente capacitados en la metodología. Resultados: la evaluación piloto aplicada de las rúbricas de evaluación integral de prioridades usuales en el primer nivel de atención evaluadas (hipertensión arterial, diabetes, atención del parto y vulvovaginitis) se evidencio la necesidad de ampliar la evaluación de la rúbrica a 40 minutos, preparar adecuadamente al fantoma y una minuciosa revisión del resumen del caso y de un documento que es llenado por el evaluado donde sistematiza el nivel de conocimiento, grado de reflexión del problema clínico y resolución del caso planteado, enfatizando el orden lógico de la historia clínica y los puntos de consejería. Se evidenció la necesidad de elaborar una guía de aplicación de la metodología de evaluación, la capacitación al grupo de docentes evaluadores para homogenizar el proceso y el desarrollo de un formulario impreso (hoja de evaluación) que se entrega inmediatamente al evaluado. Conclusión: la rúbrica de evaluación integral utilizando un paciente simulado, diseñada para ser aplicada en la prueba piloto de evaluación de competencias y resultados de aprendizaje de fin de Carrera de Medicina, permite la retroalimentación del dominio adquirido en las cinco áreas del conocimiento relacionadas a la resolución de las necesidades priorizadas el primer nivel de atención de salud, que desnudan fortalezas o debilidades en el dominio de logros, habilidades y destrezas, valores y actitudes, con los resultados de aprendizaje que tiene cada participante. Como desafío, se logró la activa participación de docentes, técnicos docentes y egresados. El proceso, exitoso desde toda óptica, permitirá contar con una herramienta de evaluación validada para su uso en las siguientes cohortes de egresados.