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This article argues that in Cuban Creole espiritismo practices, ritually generated 'knowledge' has ontological, rather than just epistemological, effects, independent of the role of cognition. I will show that knowledge is experienced as a fluid, moving 'substance' external to the body that can accumulate, weigh down, hang suspended, and dissipate; it is also responsive to mediums' descriptive speech, becoming an object of vision-knowledge at the same time that it is seen and spoken of collectively. I will also show that the circulation of knowledge 'substances' should be seen not as metaphorical but as tied to processes of making people, and ask whether knowledge can figure not just as something intersubjective or relational but as something substantive, even physiological.

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ResumenEn este artículo proponemos entender la religiosidad afrocubana de una manera que no la ve como si fuese un epifenómeno de los regímenes políticos o como uno de resistencia en términos de sus dimensiones simbólicas. Argumentamos que la religión afrocubana produce personas como hiper‐individualizadas, a través de cosmologias que, en gran medida, “abarcan” la vida cotidiana, incluyendo la política. La Revolución Socialista, por lo contrario, ha intentado “abarcar” el individuo atribuyendole un destino universalmente ético e ideológico. Tales direcciones opuestas de “abarcamiento” no crean un esquema jerárquico rígido, sino, en gran medida, dejan las tensiones sin resolución. Ambos tipos de ideales de personas en última instancia no llegan a realizarse en su totalidad. Precisamente porque uno florece donde el otro falla, la relación entre las religiones afrocubanas y la política socialista obtiene características de contrapunteo, un término designado por Fernando Ortiz, lo cual deja un espacio vital para conflicto, resitencia y ruptura.