La evaluación psicológica es uno de los principales objetivos de la psicología, ya que por medio de esta es posible generar conclusiones diagnósticas que posteriormente contemplen la solución del problema que aqueja al sujeto (cualquiera que este sea) y posibilite la toma de decisiones que conduzcan con mayor claridad a una práctica exitosa y un desvanecimiento o disminución del problema. La evaluación en la práctica psicológica se convierte entonces en un proceso que se fundamenta en una serie de habilidades y técnicas que el estudiante de psicología necesita aprender y así generar competencias que le permitan a posteriori desarrollar una labor contextualizada con un ejercicio ético de la profesión. La técnica que es necesario aprender a ejecutar para la evaluación es la entrevista, es la acción transversal que desarrolla cualquier psicólogo sin importar el campo de acción en el que se especialice o el enfoque terapéutico que enmarque su quehacer. Los resultados de la entrevista siempre dependerán del contacto directo con el sujeto por evaluar.

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