61pseudoanemia por crioaglutininas (7), incluso en un paciente afecto de AHAI por anticuerpos calientes, como es este caso, para no retrasar ni el diagnóstico ni su correcto tratamiento y para evitar una terapia transfusional -nos dará además problemas en las pruebas cruzadas-o inmunosupresora innecesaria en anemias compensadas y bien toleradas, como en nuestro caso. La tuberculosis intestinal era considerada la complicación más frecuente de la tuberculosis pulmonar activa en la primera mitad de nuestro siglo. Sin embargo, desde la introducción de los tuberculostáticos y la erradicación de la tuberculosis entre el ganado vacuno, ha pasado a ser una rareza en nuestro medio (1,2). A nivel intestinal las lesiones tuberculosas pueden llegar a ser difícilmente diferenciables tanto desde el punto de vista clínico como analítico, radiológico y endoscópico de otros procesos infecciosos, inflamatorios o neoplásicos más prevalentes en la actualidad (1-5). Se presenta un caso que ilustra estas dificultades:Mujer de 88 años con antecedentes de tuberculosis pulmonar a los 20 años y estreñimiento habitual. Consultó por fiebre de 39ºC con escalofríos junto a síndrome diarreico en forma de 4 deposiciones al día sin productos patológicos de una semana de evolución. La exploración mostró una paciente afectada, pálida y la palpación abdominal reveló una fosa ilíaca derecha discretamente dolorosa, sin signos de irritación peritoneal, y con sensación de estar ocupada. En la analítica destacaba: VSG 78 mm/h, hematocrito 0,28 L/l, hemoglobina 94 g/l, VCM 81 fl, HCM 26 pg, sideremia 4,5 µmol/l, ferritina 34 ng/ml, leucocitos 16,9 x 10 9 /l (85% segmentados, 7% linfocitos, 8% monocitos), plaquetas 482 x 10 9 /l, AST 57 U/l, ALT 49 U/l y proteínas totales 55 g/l (albúmi-na 29 g/l). La radiografía de tórax evidenció imágenes cicatriciales en ambos vértices pulmonares, compatibles con proceso específico antiguo. Dos hemocultivos fueron negativos. Se inició tratamiento con cefotaxima y la paciente quedó afebril. Para el estudio de la anemia se practicó un enema opaco (Fig. 1) que mostró dos áreas estenóticas en colon transverso escasamente distensibles, concéntricas y con espiculación de borde inferior junto a un defecto de replección en ciego. El CEA fue inferior a 0,5 ng/ml. Una ecografía abdominal reveló en fosa ilíaca derecha una imagen de seudorriñón que se correspondía a un ciego de paredes engrosadas y áreas hipoecoicas compatibles con zonas de necrosis. Se realizó una fibrocolonoscopia que visualizó una estenosis ulcerada al inicio del colon transverso que ocupaba la mitad de su circunferencia, así como una segunda área ulcerada de aspecto infiltrativo al final del colon transverso. A nivel del ciego se observó una formación exofítica y de aspecto degenerado. Todas las lesiones fueron biopsiadas. Tras estos resultados se procedió a valorar la solución quirúrgica de la supuesta neoplasia. El día previo a la intervención se recibieron los resultados de las biopsias que informaban de la presencia de una colitis granulomatosa con presen...