España acaba de estrenar una nueva ley de lucha contra la desigualdad y la discriminación. Se trata de la Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación, sin lugar a dudas, un avance significativo en este concreto ámbito, como así lo demuestra el hecho de que haya sido valorada de forma positiva por la mayor parte de la doctrina. No en vano, se ha dicho de ella que es un texto "muy importante" (Baylos Grau, 2022).En efecto, se trata de un paso hacia adelante porque, en primer lugar, se perfecciona la trasposición de las directivas europeas vigentes en la materia. Ciertamente, contábamos ya con una regulación bastante completa en lo relativo a la igualdad entre mujeres y hombres (el ejemplo más significativo es la LO 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres) y a los derechos de las personas con discapacidad (destacando, sin lugar a dudas, el RDLeg 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social.). En cambio, "respecto al resto de las causas de discriminación, la regulación era claramente insuficiente, dispersa y asistemática" (Álvarez del Cuvillo, 2022).En este sentido, la nueva norma cumple su propósito, "de trasponer de manera más adecuada los objetivos y fines de las Directivas 2000/43/CE y 2000/78/CE". A este respecto, cabe recordar que las transposiciones realizadas habían sido objeto de crítica por parte de la Comisión Europea, las organizaciones sociales, y especialmente de las de derechos humanos, por lo que la Ley 15/2022 viene a dar respuesta a estas reclamaciones.Ello es en buena medida posible, en segundo lugar, gracias al nuevo elenco de conceptos que la norma incorpora. En realidad, la mayor parte de ellos ya se venían emplean-