El espacio rural de España es claramente dual: frente a la pérdida de peso del interior se consolida el auge y la densificación de la periferia y de las áreas de influencia urbana; un fenómeno tan llamativo que ha generado una fuerte preocupación por el vaciamiento rural, que, en diverso grado, afecta a una gran parte del continente europeo. El primer objetivo de este artículo es analizar la evolución y delimitación del ámbito rural español, su clasificación y cartografía. El segundo, diagnosticar la situación y valorar los planes para contribuir al desarrollo rural. El análisis ha contado con abundantes informes, trabajos teóricos y aplicados de distintas instituciones, organizaciones y colectivos, además de con una extensa bibliografía. A todo ello se ha superpuesto el tratamiento y procesado de bases de datos demográficos, económicos y sociales cuya representación cartográfica evidencia el fenómeno y su distribución territorial. Como resultado, se clasifica y cartografía el espacio rural español en dos categorías: la del rural profundo y estancado, por un lado, y la del intermedio y dinámico, por otro. Ambas se subdividen en varios tipos.
Castilla y León es una región típica del rural profundo de Europa; con casi 95.000 km2 y solo 2,5 millones de habitantes, destaca por la baja densidad de población, el envejecimiento, el declive demográfico y el predominio de las zonas rurales. La mitad de su población es rural, aunque la agricultura solo emplea el 7% de la mano de obra regional, si bien llega hasta el 80% y el 100% en muchos municipios rurales pequeños.El poblamiento actual, disfuncional, consta de un elevado número de asentamientos, mucho mayor que el correspondiente a los habitantes residentes. Muchos de ellos no desaparecen gracias a la rehabilitación de algunas casas y a la construcción de otras, merced a la llegada, escasa, de nuevos habitantes y a la llegada, masiva, de residentes temporales. Sin embargo, existe una clara dualidad rural entre las áreas periurbanas y el resto del territorio.
El viñedo ocupa una escasa superficie en el mundo, pero crea paisajes agrarios llamativos, duraderos, a menudo espectaculares, acompañados generalmente de lagares y bodegas. La modernización de su cultivo, la creciente demanda de vinos de calidad y el auge del enoturismo han creado un nuevo paisaje agrario, potenciado por el reconocimiento institucional y social. El Convenio Europeo del Paisaje ha contribuido a resaltar sus valores, pero, frente a las dudas de las administraciones para incorporar sus recomendaciones, han surgido iniciativas privadas que ven en el paisaje una oportunidad para reforzar la identidad de sus vinos. El artículo analiza el creciente valor de la imagen de marca (winescape) en los viñedos del Duero de Castilla y León.
RESUMEN:El viñedo de Castilla y León ha conocido una coyuntura muy favorable desde hace unos veinte años. Esa circunstancia ha sido aprovechada para invertir, modernizar y construir nuevos pagos vitícolas y nuevas bodegas. Pero el dinamismo, que ha sido general en las comarcas vitícolas, ha sido desigual en los viticultores, de modo que los más mayores o carentes de iniciativas empresariales se han acomodado a los nuevos tiempos con pequeños cambios, pero sin dar el paso a la construcción de una nueva bodega.Estas circunstancias se reflejan perfectamente en el paisaje, pues tanto en el eje del Duero como en Rueda, y en menor medida en otras comarcas, se han levantado las típicas haciendas vitícolas, de mayor o menor superficie, con sus bodegas y dependencias anejas, que han sido secundadas por bodegas de talla familiar, con viñas más o menos dispersas en pagos vitícolas, y que han permitido también que los viticultores integrados en cooperativas renovasen sus viñedos o se mantuvieran operativos al calor de las coyunturas.Este artículo caracteriza y analiza los paisajes vitícolas de Castilla y León, con los rasgos que les presta el tipo de explotación, por un lado, y el medio ecológico en el que se desarrollan, por otro. PALABRAS CLAVE: Viñedo, Castilla y León, hacienda vitícola, bodega familiar, viñedo de pago. THE LANDSCAPES OF VINEYARDS IN CASTILLA Y LEÓN: TRADITION, RENEWAL AND CONSOLIDATION ABSTRACT:The vineyards of Castilla y León have experienced a very favorable situation during the last twenty years. That fact has been used to invest, modernize and build new vineyards and new wineries. But the dynamism, that has been general in the vineyards regions, has been uneven among the farmers involved in the viticulture, so that the elderly or lacking in entrepreneurial initiatives have adapted to modern times with small changes, but without giving way to the construction of a new wine cellar.These circumstances are reflected perfectly in the landscape, for both the axe of Duero and Rueda, and to a lesser extent in other counties, that have raised the typical wine-growing estates, with larger or smaller area, with its wineries and attached units. This big wineries have been followed by family size ones, with more or less scattered vineyards in wine specialized fields, and have also allowed that growers integrated in cooperatives wineries, renew their vineyards or keep themselves operating under the favorable context.
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