El Hbro De vera & facile imitationeCiceronis^ que el gramático Lorenzo Palmireno compone en 1560, durante su corta estancia en Alcañiz (Teruel), su pueblo natal, con el cual pretende que sus alumnos aprendan la buena latinidad, es un revoltijo de noticias, sin orden ni concierto, y allí damos con quisquillas, pero también con perlas.En la mayoría de las veces finge un diálogo con un alumno y éste le hace algunas preguntas, las cuales por lo general son contestadas en latín por el maestro. Llega un momento en el que el discípulo, que ha escuchado paciente unos consejos gramaticales pregunta:-«Señor, quando querré conuertir de romance en latín un refrán, ¿bastar me ha tomar los vocablos de Cicerón?» aunque da otra excusa para su cambio de parecer: -«Intención tenía de darte estos adagios hasta quinientos, pero veo que es materia que se olvida mucho, no quiero cargarte de tanta carga» (Q 9 r°). El diálogo que se entabla entonces entre el discípulo y el autor es divertido. Véase ese texto tras la relación de los proverbios ( § 4.).No todos estos adagios son refranes ni todos están en castellano. Hay unos cuantos en catalán^. Tengamos en cuenta que Palmireno pasó la mayor parte de su vida en Valencia.Comienza la Hsta con Asno de muchos, lobos se lo comen que el alumno quería expresar mediante un latín macarrónico (asinus multorum a lupis voratur), pero Palmireno le dice que la correspondencia es Multitudo imperatorum Cariam perdidit, con la alusión a la región de Caria, en Asia Menor.Ahora bien, este ramillete de hermosos proverbios en latín nuestro hombre lo ha tomado, sin decirlo, de los Adagia de Erasmo. Para nosotros tiene un notable interés el texto romance, con el que traduce el latín. Muy a menudo tiene una sal especial, espontánea, que es lo que los separa de los de Erasmo, tan atados al mundo clásico, cargados de alusiones a la historia de éste, y para cuya comprensión hoy en día se necesita una buena cultura grecolatina, cada vez más alejada de nuestro mundo: Multa cadunt inter calicem supremaque labra vendrá expresado por Aun esta el rabo por dessollar, o bien Scytha accissans asinum por No quiero, si quiero echádmelo en la capilla; etc. Los refranes castellanos de Palmireno provocan constantemente una sonrisa en el lector.2. Si los Adagia de Erasmo no fueron pubUcados en España, contrariamente a lo que ocurrió con otras de las obras del humanista holandés, tenemos no obstante este eco de Palmireno y asimismo otro que nos llega de Lisboa. Jerónimo Cardoso, latinista y lejano seguidor de Nebrija, compuso un diccionario latino-portugués que fue pubUcado postumo por su viuda en 1570"^. Esta obra sigue de cerca el Lexicon del nebrisense, pero tiene la particularidad de que muchos lemas vienen ilustrados con frases latinas y éstas, casualmente, reSon los siguientes: «En acó me va la pell deis dumenges// Res ad Triarios redijit»; «Vlls de alfereciat// Atrei oculi»; «Càrrega que plau no pesa// Mars haud concutit sua ipsius arma»; «Qui massa-s pressa de cru-menja// Canis festinans caecos parit catulos»; «Tot és ba...