En la vivienda mínima en serie ha sido constante la serie de insatisfacciones y quejas de los moradores y escenario de problemas personales, familiares y sociales. Esta investigación identifica las interacciones espaciales de los moradores en la vivienda desde la dimensión espacial personal, la importancia de los umbrales espaciales tangibles e intangibles en esta dimensión y sus consecuencias en el habitar, y se expone cómo las personas solventan adversidades espaciales. Se propone que la interacción del morador con los objetos y con otros sujetos en la dimensión espacial personal, su dinámica, definición y delimitación, depende de la configuración arquitectónica y de la espacialidad hecha por los moradores, así como de las dimensiones físicas, esto con relación a las necesidades axiológicas y existenciales para el buen desarrollo de sus actividades al habitar.

La experiencia espacial es un fenómeno clave en la relación que las personas establecen con el mundo y es un concepto esencial para quienes diseñan los espacios habitables. El objetivo del siguiente artículo es definir teóricamente la experiencia espacial a partir del ser humano como sensorium, condicionado por la cultura a la que coadyuva en su propia definición. Se busca comprender la relación entre la percepción y la experiencia espacial, en el marco de la dimensión y orientación corpórea en el mundo y de la dimensión existencial al habitar. Para ello se analizaron textos de los autores fundacionales de los siguientes conceptos: sensorium, percepción y experiencia, desde la perspectiva fenomenológica. También se revisaron textos provenientes de la neurociencia, a fin de comprender los procesos cognitivos de percepción y memoria episódica, analizarlos e integrarlos para proponer un modelo de concebir la experiencia espacial. De esta manera, se identifican tres etapas en la experiencia espacial: la sensorial, la perceptual y la existencial. Es decir, la experiencia que surge desde la interrelación entre la corporalidad que constituye el sensorium y el ser-estar integrado por la conciencia, los procesos cognitivos y la cultura del sujeto en un espacio-tiempo.

El uso y la organización del espacio-tiempo en la era de la información ha propiciado cambios profundos en el ámbito educativo a nivel superior. La nueva espacialidad ahora se define mediante la superposición del espacio digital y el desprendimiento del espacio físico para el aprendizaje de los estudiantes. Las universidades requieren actualizar sus modelos educativos y dar lugar al aprendizaje basado en los valores de inclusión y autonomía, así como en estrategias sociales y creativas para la reconfiguración de sus comunidades de práctica. Este trabajo presenta un diagnóstico de la Facultad del Hábitat de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, identificando fortalezas y debilidades para promover el remplazo de prácticas docentes tradicionales por unas más acordes a las necesidades actuales a través de espacios sociales de aprendizaje tanto en entornos físicos como digitales.

Gran parte de la práctica de la arquitectura está regida por el empirismo, tanto en la vida profesional como en la enseñanza; se da preferencia al proceso de ensayo-error y un gran descuido a los fundamentos teóricos; o se privilegia el uso de metodologías prácticas que obvian la exposición teórica y la investigación de los problemas. Pero, una teoría del proyecto de arquitectura ¿es necesaria? A continuación primero se exponen aspectos conceptuales de la teoría y su relación con el proyecto dentro de los campos de la reflexión y de la práctica, vinculados por el diseño; para posteriormente exponer los porqués de la teoría en el diseño arquitectónico. La cuestión es clave para comprender el diseño arquitectónico y la relación entre la teoría y el proyecto arquitectónico. Bajo el término de teoría de la arquitectura se han incluido conceptos que pertenecen a la filosofía, hasta posibles recetas para el diseño.