Las infecciones respiratorias de vías aéreas inferiores siguen siendo una de las principales causas de mortalidad en niños pequeños alrededor del mundo, particularmente en países en desarrollo. La Neumonía Adquirida en la Comunidad (NAC), es la neumonía de etiología infecciosa que adquiere un individuo previamente sano, fuera de un hospital. En el 2012, la OMS, establece que S. pneumoniae y H. influenzae tipo b (Hib) son la primera y segunda causa más común de etiología bacteriana en niños, respectivamente; mientras que el Virus Sincitial Respiratorio es la causa más frecuente de neumonía viral. La evaluación y el manejo de un niño con una infección respiratoria de vías aéreas inferiores, se convierte un reto ya que no sólo las manifestaciones clínicas de las infecciones por virus, bacterias o bacterias atípicas pueden solaparse, sino que también ocurren frecuentemente coinfecciones. Los agentes etiológicos de las neumonías en niños se pueden dividir en 3 grupos: bacterias comunes (S. pneumoniae, H. influenza, S. aureus, M. catarrhalis, S. pyogenes, B. pertussis, M. tuberculosis, entre otros), virus respiratorios (VSR, Influenza A y B, Parainfluenza 1, 2 y 3, Adenovirus, Rhinovirus, Coronavirus, Metapneumovirus, Bocavi- rus, Enterovirus, Varicela, entre otros) y gérmenes atípicos (M. pneumoniae, C. pneumoniae, C. trachomatis, L.
pneumophila, Coxiella burnetii, entre otros). El diagnóstico etiológico de NAC en el paciente pediátrico se apoya en pruebas de laboratorio que generan una evidencia directa o indirecta del germen causal. La búsqueda del agente causal se convierte en un reto debido principalmente a la limitación para obtener muestras adecuadas y a la dificultad de identificar el agente etiológico y diferenciar entre colonización e infección. Con los métodos disponibles se estima que se puede detectar un germen específico entre el 16 al 85% de los casos; lo cual dificulta la determinación de la incidencia real de estas infecciones; además, la variedad de técnicas diagnósticas utilizadas en los estudios clínicos y la interpretación de los resultados en ausencia de aislamiento de un germen hacen aún más difícil la determinación de la incidencia real de los agentes etiológicos de la NAC.