Actriz, directora, dramaturga y pedagoga, Conchi León ha viajado por su obra -sola o con su grupo "Sa'as Tun", fundado en 2005 -a Chicago, Massachusetts, Nueva York, Washington, Los Ángeles, Cádiz, Manila, Buenos Aires, Lima, Barcelona y a muchos estados de la república mexicana. Enfocadas e inspiradas en personajes femeninos, ha publicado y estrenado obras, entre las que se encuentran: Las creyentes, Mestiza Power, Todo lo que encontré en el agua, Tolok Paradise, La ropa sucia se lava en casa, Crónica de un presentimiento, Puch de amor, Bad Romance, Postales Revolucionarias del México Bicentenario, Metamorfosis antes del agua, Del amor de ayer, Ensayos de un exterminio y Las Huiras de la Sierra Papakal.La construcción de estas teatralidades que desafían la tradición hasta cierto punto detenida del teatro regional yucateco, se estudian aquí no desde la aplicación de una corriente de la teatrología, la semiótica o la hermenéutica, entre muchas otras, sino retomando algunas ideas de las propuestas analíticas que sobre el arte contemporáneo y la estética han aportado Nelly Richard, Néstor García Canclini y Jacques Rancière, así como aquellas relacionadas con la geopolítica del conocimiento de Walter Mignolo que rescata los saberes subalternos olvidados por las epistemologías legitimadas. También se ven a la luz de la perspectiva que las investigaciones arrojan sobre las políticas públicas (empleo, derechos jurídicos, educación, salud...) y las problemáticas en torno al género en Yucatán, así como las del teatro para el desarrollo, que sustentan creadores y teóricos tales como Tim Prentki.
¿Crear desde los márgenes? La cultura indígena y mestiza como una opción de ubicuidadConchi León empezó a escribir para "existir", como le recomendaría Beatriz Rodríguez, la entonces directora del Centro Cultural del Niño Yucateco donde trabajaba, pero sobre todo para poder compartir las experiencias de los niños con quienes se relacionaba en un taller de teatro a mediados de la década de los noventa. Después vinieron los tiempos en que las discapacidades auditivas de sus alumnos la llevaron a armar varios guiones escénicos de otros espectáculos, diseñados y actuados por y para ellos. Por eso es que podemos hablar de una "dramaturgia de urgencia", como casi todo lo que la ha movido como creadora. Escribe para el grupo con el que trabaja, sus alumnos, las actrices de su proyecto, pero especialmente para ella, su oscuridad, sus inalcanzables pesadillas, una voz que tiene y no se calla (Muñoz, Nuevos dramaturgos 138). Esa, que es al mismo tiempo la de muchas mujeres indígenas y mestizas de Yucatán de las que forma parte, entre otras cosas por