Justificación y objetivo: Hasta el momento no se ha publicado un estudio que nos permita conocer cuál es la incidencia de ELA en nuestro país. El objetivo de este estudio fue establecer la incidencia de esta enfermedad en Costa Rica, y describir las características de los pacientes diagnosticados en nuestro país desde enero de 1998 a noviembre de 2001.Materiales y métodos: Utilizando diferentes fuentes de información se identificaron los casos de ELA en el periodo de 1998 al 2001. Se calculó la tasa de incidencia por persona año, se analizaron variables como sexo, distribución geográfica, grupo étnico, edad al diagnóstico, clasificación de la enfermedad, métodos diagnósticos y tratamientos.Resultados: Entre enero de 1998 y diciembre del 2001, 102 casos de ELA son diagnosticados en Costa Rica, la tasa incidencia anual en población de 15 años y mas es de 0.97 (I.C. 95 % 0.8 a 1.2) por 100.000 personas año. Se revisaron 76 expedientes. Veintiocho fueron mujeres y cuarenta y ocho hombres, presentándose una mayor incidencia en hombres, con una razón de masculinidad de 1.7, todos de raza blanca. La edad al diagnóstico fue de 58.4 años para las mujeres y 53.1 años para los hombres (p = 0.15). El 75% de los casos se encuentran en tres provincias: San José, Alajuela y Cartago, con tasas de incidencia similares. La tasa de incidencia aumenta conforme aumenta la edad en las mujeres, mientras en los hombres se muestra la tasa más alta en la década de los sesenta. El 36.8% de los casos fueron clasificados como ELA bulbar, mientras que el 55.3% como espinal, el 7.9% restante como bulbo espinal.Conclusión: El estudio muestra cómo la incidencia de esta enfermedad es similar a la de los países que muestran las incidencias mas bajas. La incidencia se mantuvo estable en el período analizado, la enfermedad afecta más a hombres que a mujeres.
El dolor presenta una fisiopatología muy compleja, donde intervienen elementos que pueden llegar a ser difíciles de controlar. En el cáncer se identifican diferentes tipos de dolor de acuerdo con la o las estructuras afectadas. La proliferación de células neoplásicas puede afectar estructuras somáticas, vísceras, huesos, estructuras del sistema nervioso o tejidos blandos, por lo que el paciente con cáncer puede presentar cualquier manifestación del dolor, incluso de gran severidad. Existen múltiples medicamentos utilizados para el manejo de este tipo de dolor: antinflamatorios no esteroideos, antidepresivos tricíclicos, neuromoduladores, anestésicos locales, esteroides, bifosfonatos y opioides. Los opioides continúan siendo la piedra angular en el manejo del dolor por cáncer, sin embargo, aún hay barreras para su adecuado manejo.
Los pacientes con cáncer presentan dolor en el rango entre moderado e intenso durante el transcurso de su enfermedad, principalmente en la etapa terminal. La escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha empleado como guía terapéutica para tratar a estos pacientes; utiliza tres grupos de fármacos: opiáceos, antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y coadyuvantes. Dentro de estos últimos se encuentra la ketamina, un derivado fenciclidínico que interactúa con los receptores N-metil-D-aspartato (NMDA). Tradicionalmente ha sido utilizado como inductor de la anestesia general, y en dosis subanestésicas se emplea para el tratamiento del dolor refractario al uso de opioides.
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