La presente comunicación pretende contribuir a la planeación, ejecución y evaluación de programas de acción dirigidos a la población de las madres adolescentes.Estudiamos durante 4 años las adolescentes admitidas en el Hospital de Maternidad Rafael Calvo C., y en el Instituto de Seguros Sociales. El inicio de la vida marital fue de 14 años en-promedio, lo que demostró una iniciación sexual precoz. La vida obstétrica fue en promedio de 16 años. El 91% fueron primigestantes. Hubo complicaciones en el 27% de las embarazadas, siendo las entidades patológicas más frecuentes: Enfermedad hipertensiva del embarazo, Ruptura prematura de membranas, Hipodinamias, Partos prematuros, Desproporción cefalo-pélvica. La mayoría tuvo parto vaginal normal, y el resto tuvo parto por cesárea o parto complicado. El peso de los recién nacidos estuvo entre 2.500 y 3.500 gramos, aunque fue menor en el 10% de los casos.Las causas que indujeron a las adolescentes a embarazarse fueron: pobreza, bajo nivel educativo, maltrato de los padres o padrastros, engaño, promiscuidad, malas compañías, desconocimiento de métodos de anticoncepción y de la biología de la reproducción.Las consecuencias del embarazo en la adolescencia fueron:aborto provocado, mayor morbimortalidad de los hijos, vivienda inadecuada y en hacinamiento, bajo ingreso, empleo de bajo estatus, rechazo de los padres o familiares y abandono del marido.La investigación que ofrecemos, debidamente evaluada, puede ser instrumento de orientación a los profesionales que participen en programas dirigidos a satisfacer las necesidades de la población adolescente.
La adolescencia es el período de transición entre la infancia y la edad adulta. Se caracteriza porque el individuo presenta un período de crecimiento físico rápido, busca liberarse de su familia, empieza a aceptar las responsabilidades propias y empieza a apartarse de las influencias de la casa; se interesa por su imagen corporal, aparecen nuevos impulsos sobre todo en el área sexual, y aparecen muchas inquietudes que intranquilizan a los jóvenes en esta edad (6).
El aumento de contractilidad uterina causado por la infusión intravenosa de ocitocina en dosis de 2, 4 y 8 mLJ / min. fué significativamente mayor en un grupo de 9 embarazadas con feto muerto y retenido que en el grupo control de 18 embarazos normales de término. La diferencia en la respuesta se debe a que el aumento de la intensidad de las contracciones uterinas causado por la ocitocina fue mayor en el grupo con feto muerto que en el grupo control. El aumento en la frecuencia de las contraciones fue similar en ambos grupos. Se concluye que en la mujer grávida la muerte y retención del feto, a pesar de causar una gran caída en la eliminación urinaria de estriol, no produce disminución sino aumento en la respuesta uterina a la ocitocina.
Se estudiaron 68 embarazadas desnutridas y 14 normales como control. La talla y el peso de los recién nacidos hijos de madres desnutridas, fueron menores que los de las madres normales, sin significación estadística. La concentración de hierro sérico en las embarazadas desnutridas estuvo entre 46 y 86 mcg/dl, y la de las embarazadas normales fue de 86 a 102 mcg/dl. La concentración de hierro sérico en los fetos de madres desnutridas, en su gran mayoría, estuvo por debajo del valor normal mínimo, que fue de 127 mcg/dl. Tanto primigestantes jóvenes como multíparas desnutridas tuvieron valores de hierro bajos en sangre durante el trabajo de parto y en la sangre del cordón del recién nacido. Para una mejor evaluación de la desnutrición materna y del recién nacido, deberían determinarse además: capacidad de fijación de hierro, cantidad de transferrina, concentración de vitamina C, concentración de cobre, cantidad y calidad de aminoácidos.
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