Resumen: Los estudios recientes sobre los genes, las neuronas y la información influyen la forma de conocernos y de conocer la realidad. Se tiene la oportunidad, por ello, de mejorar la formación del profesor y los estudiantes de derecho, para pasar de una educación de repeticiones a una de novedades, descubrimientos, diversión, o sea: investigación. Se trata de evitar sólo "transmitir" información; hay que explorarla, construirla, inventarla, trabajando en equipo, profesor y estudiantes, dentro y fuera del salón de clases. Los contenidos a investigar pueden situarse en el pasado, el presente o el futuro, como los derechos humanos. Así, se pretende que éstos, conocidos o vigentes, los productos del racionalismo jurídico, se amplíen para proteger la dignidad humana emocional: el respeto, la confianza, la tolerancia, la responsabilidad, la felicidad, el deseo, el placer. La inteligencia humana es múltiple, por ello los derechos humanos deben ser inteligentes, que protejan y desarrollen el intelecto, la afectividad, la corporeidad, la energía, el medio ambiente y su cosmovisión.