La responsabilidad social universitaria (RSU) es una política de gestión integral de la universidad en todos sus procesos, que evoluciona en el nuevo contexto de globalización, la innovación y la economía de conocimiento. Ante los desafíos que representan el cambio climático y la pandemia COVID-19, este artículo analiza la RSU de las universidades frente a estas crisis gemelas. Se aplicó la metodología cualitativa de la investigación social y análisis documental. Aparte de sus funciones sustantivas (docencia, investigación y extensionismo), las universidades también requieren consolidar su vinculación interna y con su entorno, para realizar la RSU como una política de calidad ética mediante una gestión responsable educativa, laboral y ambiental para promover el desarrollo sustentable. Se exploran con más detalle dos vertientes prioritarios de la RSU: educación ambiental y comunicación, y consolidación de un campus verde. Consideramos que la RSU también tiene que enfocarse a las inequidades asociadas a pobreza o genero, así como la voz de los grupos sociales mas vulnerables. Además proponemos reenfocar los esfuerzos de RSU ante los importantes desafíos que actualmente enfrenta y la sociedad, así como incluir el compromiso en la planificación universitaria en su misión, visión y estrategias económicas, sociales y ambientales.

This paper presents, in terms of biophysical flows within a complex framework, the implications of existing relationships at the intersection between social and natural spheres in the coastal cities of La Paz and Los Cabos, located at the south of Baja California Peninsula, Mexico. This zone is of significant geostrategic potential in the Pacific Ocean, particularly on the west coast of the American continent. The paper analyses the metabolic dynamics of these two urban centers during the last twenty years, a period of explosive process of urbanization and demographic growth, driven mainly by a natural scenic and tourist capital. This poses major unresolved challenges in energy, water and food that becomes even greater because these two cities are located within an energetic island, and in an area vulnerable to climatic conditions; fundamentally it is a desert zone with scarce sources of drinking water.Locally, there is no fossil fuel extraction or refinement. The electricity grid supplying these two urban centers is isolated from the mainland, and is virtually dependent on the supply of fossil fuels from outside the peninsula.The dynamics of growth and the demand for resources and services increase every year, and these are supplied almost exclusively by sea transport and distributed through peninsular infrastructure. From a complex integrative approach, risks related to safety, quality of life, health and environmental degradation are of great concern.The conclusions indicate that to move to less risky scenarios requires comprehensive urban planning and management from a complex perspective. Finally, the paper presents some potential transition opportunities, from this dynamic systemic view.