Desde la publicación de su primera novela "oficial", La invención de Morel (1940), no faltaron lectores y críticos que señalaran en la narrativa de Adolfo Bioy Casares las influencias o filiaciones literarias, filosóficas o científicas que los propios textos establecían según alusiones más o menos veladas. El primero en hacerlo, de manera notoria, fue como se sabe Jorge Luis Borges (1899-1986), por entonces interesado en dar un espaldarazo al joven amigo y en cierto modo discípulo, que contaba en su pasado con varios pecados de juventud literarios en los que, además de un "surrealismo provincial y de segunda mano" (Matamoro 176) había demostrado que más que su talento algo desorientado, era la generosa disposición de sus padres la que permitía la publicación, en ediciones de autor, de libros que más tarde serían meticulosamente omitidos de su corpus.Para algunos escritores conocidos, según lo insinúa Bioy (Borges 7), la tutela de Borges fue decisiva y circulaba la suspicacia de que este último no se había limitado a firmar el elogioso prólogo a La invención de Morel sino que le había "dictado" la novela entera, a la sazón dedicada a Borges.1 Lo cierto es que por esa época la amistad de Borges con Bioy y con Silvina Ocampo atravesaba una edad dorada en la que los tres amigos compartían sus gustos y disgustos literarios en una especie de trinidad simbiótica 2 que se tradujo en un libro importante por varios motivos: la Antología de la literatura fantástica (1940), cuyo prólogo, firmado a solas por Bioy 1 Antes del prólogo a La invención de Morel, Borges ya había abordado críticamente la obra de Bioy Casares en sus reseñas a La estatua casera y Luis Greve, muerto. Ver Borges en Sur (130, 149). 2 Juan Rodolfo Wilcock, allegado a los Bioy, habló de la "felicidad mística" de haber conocido a esa "trinidad divina" (Bianciotti 1), aunque también en el Buenos Aires de la época se los conocía como "el trío infernal" (Louis 410). Ver al respecto lo que escribe Bioy Casares en "Libros y amistad" (en La otra aventura, reproducido también como capítulo 15 de sus Memorias) y el minucioso relato de todas las noches en que fue Borges a comer a casa de él y su mujer en las entradas de su diario publicadas bajo el título Borges.
The gothic genre in Latin American literature has been the object of fashionable interest in recent decades and seems to absorb all the elements of the politically correct agenda; however, in the current trend of absolute presentism that seems regular in the critics, it is not taken into account that there exists a previous tradition more or less connected with its European sources but in search of its own cultural character. I would like to comment on some specifically gothic novels published in Argentina between the 1980s and the 1990s, as well as a recent one by the prolific writer César Aira. Prins can be analyzed as an ambiguous culmination of the gothic tendency, as well as a symptom of the disorientation of a genre that threatens to become a label as broad as it is empty.
En su última novela, "Megafón o la guerra", Leopoldo Marechal plantea una estructura compleja en la que se destacan isotopías relacionadas con el tema del Juicio Final. De estas isotopías, una de las más llamativas es la figura del andrógino alquímico, de larga tradición en la literatura hermética y asociada muchas veces a las ficciones del origen y del final. En el presente trabajo analizaremos la manera en que el autor desarrolla este tópico.
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