Resumen: Introducción. Las heridas por armas de fuego son poco frecuentes en nuestro medio, de ahí que la experiencia en el manejo de las mismas sea limitada. En este artículo mostramos la experiencia de nuestro Servicio en el tratamiento de estas lesiones y realizamos una revisión del tema para intentar protocolizar la actuación inicial ante este tipo de pacientes. Material y Método. Presentamos seis casos tratados en nuestro Servicio durante el año 2002. Estudiamos las características demográficas, etiología, patrón de lesiones y tratamiento recibido. Resultados. Cinco hombres y una mujer presentaron heridas por arma de fuego durante este período, con una edad media de 38 años (Rango 13-74). La etiología más frecuente fue la agresión, seguido del intento de autolisis. Sólo un paciente requirió estabilización urgente de vía aérea mediante traqueotomía. No existieron complicaciones postoperatorias y sólo un enfermo requirió intervenciones secundarias por secuelas. Discusión. El aspecto más controvertido en el tratamiento de estas lesiones es el manejo quirúrgico de pacientes con lesiones extensas de la cara que involucran partes blandas y hueso, ya que pueden tratarse con técnicas reconstructivas complejas en el primer acto operatorio o, por el contrario, esta reconstrucción se puede realizar de forma diferida tras una primera fase de tratamiento quirúrgico de desbridamiento, estabilización de fracturas y cierre de partes blandas con técnicas simples. Pensamos que la elección del tipo de tratamiento debe ser individualizada en cada caso, aunque solemos optar por una reconstrucción diferida de los defectos tan pronto como sea posible.
IntroducciónLos traumatismos faciales provocados por armas de fuego en nuestro medio son raros, probablemente debido a la legislación sobre posesión de armas de fuego vigente en nuestro país. Esta falta de experiencia unido a las características especiales de estas lesiones, que requieren en muchas ocasiones el empleo de técnicas reconstructivas microquirúrgicas para su tratamiento definitivo, hacen que este tipo de pacientes constituyan un reto para el cirujano oral y maxilofacial.La severidad de las lesiones por arma de fuego depende de dos variables fundamentalmente. La primera variable se debe al calibre del proyectil y a la velocidad con la que se dispara, que son dependientes del arma utilizada. La segunda variable relacionada es la distancia a la que se realiza el disparo, que fue clasificada por Sherman y Parrish en tres tipos: tipo I, aquellos realizados más allá de 6,6 metros; tipo II entre 6,6 y 2,74 metros; y tipo III a menos de 2,74 metros. 1 Como veremos posteriormente, estas lesiones se pueden clasificar de forma básica en dos grandes grupos: las de alto y las de bajo grado de energía. 2 Además, hay que tener en cuenta la región donde se produce, ya que las lesiones en el territorio maxilofacial pueden tener importantes secuelas estéticas y funcionales, o lo que es más grave, provocar la muerte del paciente.
Manejo inicial del lesionadoEl paciente con lesiones por ar...