Desde los primeros trabajos epidemiológicos sobre la enfermedad tromboembólica venosa (ETV), que incluye la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia de pulmón (EP), se ha comprobado que tanto la prevalencia como (sobre todo) la incidencia de esta enfermedad aumentan a medida que lo hace la edad de la población estudiada [1][2][3] . La estrecha relación existente entre mayor edad y mayor riesgo de ETV, se repite a lo largo de los años en distintos países (entre los que se incluye el nuestro) con condicionantes poblacionales y socio-sanitarios diferentes 4,5 . Toda una serie de características hacen distinta la ETV en ancianos respecto de poblaciones de menor edad. Las manifestaciones clínicas tanto de la EP como de la TVP son diferentes en jóvenes respecto de ancianos 6,7 . Se confirma una mayor letalidad de la EP en ancianos 8 , alcanzando en este grupo de edad la 2º causa de muerte en algunos estudios de necropsias 9,10 . En relación con el tratamiento anticoagulante mas empleado [ heparina de bajo peso molecular (HBPM) y antivitaminas k (AVK)] se ha comprobado una mayor tendencia a sangrados graves, fatales e intracraneales en ancianos que en jóvenes 11 . Un aspecto que transmite mayor relevancia al tema son las previsiones sobre población que el Instituto Nacional de Estadística proyecta para los próximos años en nuestro país. Se estima que los incrementos poblacionales en el período 2014-2064 en los grupos comprendidos entre los 75 años y mayores de 100 años oscila entre el 45% y el 2650%. En definitiva será en los últimos segmentos de la pirámide poblacional donde se va a registrar un crecimiento más significativo para los próximos años (www.ine.es). Los datos que se esperan para el futuro ya se están confirmando en la actualidad a nivel hospitalario. En un trabajo de Casademont et al., se evidencia un aumento progresivo de los ancianos mayores de 75 años que ingresan en los servicios de Medicina Interna de nuestro país 12 . Se considera la forma no provocada o idiopática de ETV aquella que no presenta relación con: embarazo, puerperio, inmovilidad (médica o de causa osteoarticular sin intervención quirúrgica) cirugía (sobre todo ortopédica), viajes de más de 6 horas de duración), cáncer activo, trombofilia, o tratamiento hormonal 13 . La forma de ETV no provocada en ancianos representa aproximadamente la mitad de todos los casos de ETV. En abril de 2014, del total de 52. 909 pacientes diagnosticados de ETV e incluidos en el Registro Informatizado de Enfermedad Tromboembólica (RIETE), había 12. 104 pacientes con ETV no provocada, de los cuales aproximadamente el 45% eran mayores de 80 años (5. 494) (datos personales no publicados, M. J. Núñez en representación del RIETE) Existen ciertas características que hacen diferente la forma no provocada de las formas secundarias de ETV con independencia de la edad. La primera es que el riesgo de recurrencia no se modifica con una duración de tratamiento anticoagulante superior a 3 meses 14 . La segunda característica es que el riesgo de recurrencia de ETV se incr...
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