Introducción La violencia en la pareja es una de las for-mas de violencia doméstica y, con frecuen-cia, es sinónimo de maltrato a la mujer. Es un problema de salud de primer orden con graves repercusiones en la salud física y mental de las víctimas y de los convivien-tes, y así ha sido reconocido por las princi-pales organizaciones internacionales con competencias en salud. La ONU, en 1995, establecía entre sus objetivos estratégicos la lucha contra la violencia contra las mu-jeres; la OMS, en 1998, declaró a la vio-lencia doméstica como una prioridad in-ternacional para los servicios de salud, y ese mismo año en nuestro país se recono-ció de forma explícita la violencia domésti-ca como un problema de estado, y así se re-cogió en el «Plan de Acción contra la Violencia Doméstica». La violencia doméstica comporta graves riesgos para la salud de las víctimas, tanto físicos como psicológicos, y el impacto emocional que genera esta situación es un factor de desequilibrio para la salud mental tanto de las víctimas como de los con-vivientes. Los profesionales sanitarios no pueden permanecer ajenos a este impor-tante problema de salud pública y su inter-vención es necesaria en la prevención, la detección, el tratamiento y la orientación de este complejo problema, en el que es imprescindible un abordaje integral y la coordinación con otros profesionales e ins-tituciones. El grupo de Prevención en Salud Mental del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) ha es-tudiado el tema y ha generado recomenda-ciones que pueden servir de orientación para los profesionales de atención primaria ante un problema aún no suficientemente asumido por los sanitarios, aun cuando por el lugar estratégico que ocupan en el siste-ma sanitario les corresponda un papel rele-vante, sobre todo en la detección precoz de los malos tratos. Concepto La variedad en la terminología utilizada para referirse al problema hace necesario definir los términos más habitualmente utilizados y sus acepciones. La OMS define la violencia como «El uso intencional de la fuerza física o el po-der contra uno mismo, hacia otra perso-na, grupos o comunidades, y que tiene como consecuencias probables: lesiones físicas, daños psicológicos, alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte». La OMS incluye la intenciona-lidad de producir daño en la comisión de estos actos 1 : Violencia familiar: agresiones físicas, psico-lógicas, sexuales o de otra índole, infligidas por personas del medio familiar y dirigidas generalmente a los miembros más vulnera-bles de la misma: niños, mujeres y ancia-nos. Violencia en la pareja: las agresiones que se producen en el ámbito privado en el que el agresor, generalmente varón, tiene una re-lación de pareja con la víctima.