No es tarea fácil resumir en pocas páginas las ideas filosóficas de K. Lorenz sobre el hombre. Sobre todo, porque esas ideas se encuentran diseminadas a Io largo y ancho de sus obras y nunca fueron sistematizadas, ni siquiera de manera medianamente rigurosa, en una antropología. Por otra parte, y a pesar de las indudables inclinaciones filosóficas de las que constantemente hace gala, K. Lorenz no fue un filósofo profesional, sino un naturalista dedicado al estudio del comportamiento de los seres vivos. Consiguientemente, Io que en relación con el hombre podemos encontrar en él es, sobre todo, una serie de presupuestos antropológicos, más sugeridos que sistematizados. Por todo ello, el primer problema a que debe enfrentarse quien intente exponer las ideas de K. Lorenz sobre el hombre es el de encontrar un esquema en el que encuadrarlas sin violencia. Meditando sobre el asunto, se me ocurrió, de pronto, que tal esquema debería tomarse, quizá, de Ia filosofía kantiana. Al fin y al cabo, Kant fue el filósofo que, con diferencia, más conoció, admiró y utilizó K. Lorenz. Además, existe en Ia obra de Kant un texto en el que, en forma de preguntas, se nos ofrece un programa de antropología filosófica bastante aceptable. Naturalmente, me estoy refiriendo a las célebres cuatro preguntas que Kant se hace sobre el hombre en su Introducción a Ia Lógica: 1) ¿Qué puedo conocer? 2) ¿Cómo debo comportarme? 3) ¿Qué me está permitido esperar? 4) ¿Qué es el hombre? l Convencido de que en este texto se formulan las preguntas filosóficas más importantes sobre el hombre y convencido, sobre todo, de su utilidad para organizar en torno a ellas las ideas antropológicas de K. Lorenz, decidí 1 I. Kant, Logik. Einleitung. Werke III ^Wiesbaden) 448.