Since the beginning of this century, most South American countries have modified their position within society, challenging the self-regulating nature of markets and intervening in social issues. This approach supports the transition toward a ''third-generation'' model for the social policy field, one in which Social and Solidarity Economy (SSE) acquires a relevant role. In the last few years, many public policies have included SSE in their design, with the purpose of addressing the key issues of developing societies: unemployment and poverty. This article analyzes the main regulatory dimensions and conditionings of the national programs that promote SSE in South American countries and aim to enhance social inclusion and employment. Particularly, the article examines the most illustrative social programs implemented at the national level in Argentina, Brazil, Ecuador, Uruguay and Venezuela in the last decade.Re ´sume ´Depuis le de ´but de ce sie `cle, la plupart des pays sud-ame ´ricains ont modifie ´leur position au sein de la socie ´te ´, contestant la nature d'autore ´gulation des marche ´s et intervenant sur les questions sociales. Cette approche vient soutenir la transition vers un mode `le de « troisie `me ge ´ne ´ration » pour le secteur de la politique sociale, dans lequel l'E ´conomie sociale et de solidarite ´acquiert un ro ˆle pertinent. Au cours des dernie `res anne ´es, de nombreuses politiques publiques ont incorpore ĺ'E ´conomie sociale et de solidarite ´dans leur e ´laboration, dans l'objectif de traiter les questions cle ´s affectant les socie ´te ´s en voie de de ´veloppement : le cho ˆmage et la pauvrete ´. Cet article analyse les dimensions et parame `tres re ´glementaires principaux
El artículo explora el alcance e incidencia de la pobreza energética de los hogares urbanos en Argentina y su relación con la división de tareas en el interior del hogar entre los géneros. Para ello indaga en los enfoques conceptuales y metodológicos utilizados a nivel internacional para abarcar este fenómeno socio-económico, y analiza la calidad de la información disponible en el país para medir la pobreza energética y estimar su incidencia en los hogares y, en particular, en el trabajo no remunerado de las mujeres. Este análisis pone de relevancia dos dimensiones claves de la pobreza energética en los hogares urbanos: el acceso a servicios energéticos modernos y confiables, y la disponibilidad de los bienes económico que median en el consumo energético para responder a satisfactores como la alimentación, el aseo personal, el confort térmico, la seguridad, el entretenimiento y la comunicación. En Argentina, la pobreza energética afecta con mayor intensidad a aquellos hogares urbanos que, al mismo tiempo, utilizan más horas de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, tareas realizadas principalmente por mujeres.
<p align="justify">La informalidad es un fenómeno persistente en las economías de América Latina, e incide en los trabajadores por cuenta propia más pobres. Los programas públicos que fomentan emprendimientos entre la población vulnerable tienen como principal objetivo crear empleo, al tiempo que se promueve la inclusión social por medio del trabajo. Un diseño de política pública coherente con este objetivo plantea la necesidad de desarrollar programas que faciliten la formalización de los trabajadores vulnerables por cuenta propia. Con esto en perspectiva, el Estado argentino implementó desde 2004 un régimen especial de tributación denominado <em>Monotributo Social</em>. Este trabajo identifica los desafíos que ha encontrado en su formulación e implementación desde su creación hasta la actualidad y las estrategias que ha adoptado para abordarlos. Adicionalmente, indaga en los límites que enfrenta el programa para llegar a la población destinataria, así como en las condiciones que caracterizan a estos trabajadores.</p>
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