El uso del concepto de evaluación en el contexto de las administraciones públicas se puede remitir a un rasgo común: el modo sistemático de obtener información sobre las actividades, características y resultados de las políticas, acciones o programas puestos en marcha. Los diferentes campos de actuación política han ido perfilando distintos enfoques, con metodologías y herramientas específicas aplicadas a sus respectivos objetos de estudio. Los principales desarrollos provienen del campo de la educación y los servicios sociales, realizados principalmente en EE.UU. y algunos países europeos a partir de la década de los 60.Los procesos de evaluación en el ámbito de la ciencia y la tecnología han proliferado más en los países desarrollados. Debido a la cada vez mayor importancia estratégica que adquieren las actividades relacionadas con la investigación, se hacen patentes las necesidades de evaluar las políticas de I+D, tanto desde el punto de vista de su efectividad o eficiencia, como de sus posibles usos.Los tipos de evaluación de las actividades de I+D han adoptado distintos enfoques, según los objetivos perseguidos. Siguiendo el esquema aportado por MIRABAL (1995), las tendencias en este sentido se han decantado en varias direcciones. En primer lugar, existe una aproximación macroeconómica, que ha ido encaminada a establecer criterios e indicadores que midieran la contribución de la ciencia y la tecnología al crecimiento económico y la competitividad a nivel global. Un segundo enfoque ha ido dirigido a establecer instrumentos valorativos que proporcionasen elementos de juicio para la asignación de recursos, del que el sistema de asignación por pares quizá sea el GAPP n." 5-6. Enero-agosto 1996 más extendido. En tercer lugar, estaría lo que se ha conocido como Valoración Tecnológica, que incluye los intentos para evaluar los impactos de las nuevas tecnologías. Por último, existen los procesos de evaluación de la investigación en sistemas nacionales de ciencia y tecnología, que a su vez se pueden subsumir en ámbitos más reducidos, como instituciones cientí-ficas o entidades territoriales.En el caso español, estas experiencias se han ido incorporando tardíamente y aún se está lejos de su plena implantación. No obstante, paulatinamente se está constatando una mayor necesidad y una demanda efectiva de ejercicios de evaluación. La adopción de una nueva política científica a lo largo de los años 80 es uno de los ejemplos más patentes de apertura a las actividades de evaluación. La implantación del Plan Nacional de I+D (PN) como principal instrumento de la política científica estatal conllevaba una declaración explícita de la conveniencia de evaluación del sistema, en consonancia con experiencias de otros países.Aunque aún se está lejos de su generalización, y en algunos casos las iniciativas han quedado en meras declaraciones de intenciones, se pueden encontrar algunos ejemplos que apuntan en ese sentido. Existen casos de evaluaciones en I+D de carácter externo realizadas por instituciones de investigación, como son l...

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Los que me conocéis ya sabéis que soy de pocas palabras pero no quiero dejar pasar esta oportunidad, así que a lo que voy: Gracias a mis directores Pedro Casquero y Fernando González, en especial a ti Pedro, mil gracias por enseñarme, por tu tiempo y tu optimismo, sino fuera por ti nunca hubiera presentado la tesis.