En la medicina de hoy, las conclusiones de las pruebas clí-nicas realizadas sobre grandes series de pacientes, y en varios centros de mundo al mismo tiempo, dominan y dirigen el rumbo de la terapéutica. La intervención de la industria, (farmacéutica y/o proveedora de tecnología médica), suele ser un impulso potente en el diseño de este tipo de estudios, que nos abruman con sus conclusiones, su perfil global, su volumen, los centros de referencia participantes y las personalidades científicas involucradas.Recientemente algunos grupos de investigadores se han interesado en la explicación de un fenómeno aprovechado por el hombre desde hace más de 25 siglos: la utilización del fango como antinflamatorio.Hasta donde sabemos, existe poca o ninguna financiación para desarrollar líneas de investigación, por lo que hay contados grupos de trabajo que llevan adelante iniciativas en esta dirección. Su estudio y uso terapéutico se halla restringido a centros específicos, especialmente en Europa y Cuba. [0212-7199 (2007) RESUMENEs dificultoso hallar una herramienta terapéutica utilizada por 25 siglos; el fango es una de ellas.El empirismo remoto -no científico por cierto-permite al menos alguna clase de inferencias; si la acción de los fangos sobre el proceso inflamatorio fuera neutra o nula, lo sabríamos ya.Los fangos tienen un lugar como tratamiento no farmacológico en ciertas situaciones clínicas como procesos articulares degenerativos, desordenes cutáneos, etc. Los babilonios conocían sus efectos. Las primeras explicaciones científicas en relación a los efectos de los fangos han sido comunicadas en los últimos años por algunos investigadores.La fangoterapia en pacientes con artritis, parece provocar variaciones en los niveles de algunos aminoácidos involucrados en la homeostasis del cartílago, así como reducción en los índices de dolor en gonartrosis.También altera los niveles séricos de óxido nitroso, mieloperoxidasa y glutationperoxidasa en pacientes con artritis, y es capaz en pacientes afectados de artritis, de modificar los niveles de beta endorfinas y hormonas del estrés, por reducción de la inflamación y el dolor, disminuyendo así las causas del estrés.Otros autores confirman que el stress termal asociado a la fangoterapia activa la pituitaria y que el efecto bioquímico de los componentes del fango, pueden separarse de su acción física por el calor. Más aún, se ha comunicado actividad esteroidea y antimicrobiana en ciertos fangos terapéuticos.
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