In an effort to improve health outcomes, the proportion of hospital-attended births has been on the rise in Mexico since the 1990s, resulting in an increased medicalization of reproductive health. Ethnographic research in southern Mexico highlights women and Indigenous midwives' ambivalence about “being cut.” While “being cut” can refer to procedures such as episiotomies or cesarean sections, it also stands for Indigenous and poor women's multiple experiences of frustration, mistreatment, and violence during childbirth. I argue that such violence can only be fully understood when examining the conditions shaping women's consent through an intersectional lens, to include a failure to value poor women's desires, whose silenced voices exist at the intersection of multiple oppressions.
Resumen
Este artículo utiliza la investigación etnográfica colectiva para proporcionar una comprensión multifacética y multilocal de cómo los problemas actuales que enfrentan la partería y la salud de las mujeres en México reflejan una relación históricamente tensa entre las poblaciones marginadas y el Estado. Sostenemos que las parteras han sido obstaculizadas en su capacidad de mejorar sistemáticamente la salud materna como resultado de su relación desigual y cambiante con el estado Mexicano. Presentamos estudios de casos de tres parteras Mexicanas con diferentes antecedentes, acceso a capacitación y certificación, y relaciones con los sistemas de salud locales que estructuran cómo interpretan y negocian sus relaciones con las instituciones y políticas estatales. A medida que examinamos estas negociaciones, no perdemos de vista las formas en que las oportunidades, experiencias y desafíos de las parteras se entrelazan con las de las mujeres a las que sirven. Ambos existen en los márgenes del estado Mexicano, un espacio donde chocan sueños de modernidad y legados de desigualdad. [antropología social, género, partería, México, salud]
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