Este artículo propone un análisis del feminismo en Chile en los años 2000 y plantea la existencia de tres ramas distintas de feminismo en el Chile post-dictatorial. La diferenciación de estas corrientes, más allá de lo meramente táctico o estratégico, ha implicado posiciones políticas divergentes en estrecho vínculo con la institucionalización del género a lo largo de veinte años de gobierno concertacionista. El análisis se centra en los repertorios de acción de estas diferentes ramas poniendo de manifiesto las tensiones y relaciones de poder que atraviesan el activismo feminista, para finalmente examinar en forma tentativa la reciente reactivación de esta forma de acción colectiva en el marco doble de las luchas sociales que exigen mayor democracia y justicia social en un plano nacional por un lado y por otro del resurgimiento del activismo feminista global con el rechazo a la violencia sexista del “MeToo” o “YoTambién” o la lucha en Argentina por la legalización del aborto.

Este artículo propone un análisis del feminismo en Chile en los años 2000 y plantea la existencia de tres ramas distintas de feminismo en el Chile post-dictatorial. La diferenciación de estas corrientes, más allá de lo meramente táctico o estratégico, ha implicado posiciones políticas divergentes en estrecho vínculo con la institucionalización del género a lo largo de veinte años de gobierno concertacionista. El análisis se centra en los repertorios de acción de estas diferentes ramas poniendo de manifiesto las tensiones y relaciones de poder que atraviesan el activismo feminista, para finalmente examinar en forma tentativa la reciente reactivación de esta forma de acción colectiva en el marco doble de las luchas sociales que exigen mayor democracia y justicia social en un plano nacional por un lado y por otro del resurgimiento del activismo feminista global con el rechazo a la violencia sexista del “MeToo” o “YoTambién” o la lucha en Argentina por la legalización del aborto.

No abstract

Cet article traite des conflits se produisant à partir de l’institutionnalisation du genre et de la professionnalisation du féminisme dans la post-dictature chilienne (1990 à aujourd’hui) autour de la définition et de la représentation des intérêts des femmes. Après une mise en contexte sur les particularités de la transition démocratique chilienne, l’article aborde ces conflits en traitant des rapports entre politiques publiques de genre et l’institutionnalisation féministe, puis en explorant des voix dissidentes marginalisées (féministes, femmes populaires et indigènes). Enfin, ces éléments sont mobilisés pour une réflexion sur la prise en compte de l’imbrication des rapports sociaux de domination dans le pluralisme démocratique.

Cet article traite des interactions entre les revendications d’égalité des sexes et l’espace de la politique formelle au Chili. Dans un premier temps, les différentes phases du surgissement de cette question dans la politique chilienne sont examinées à travers la présentation des deux grandes vagues féministes et du « silence » les ayant séparées. Dans un second temps, il est question de la prise en charge actuelle des questions de « genre » dans l’espace public et politique chilien, tout particulièrement des discussions et/ou silences sur les droits sexuels et reproductifs. La prise en compte politique de la revendication d’égalité des sexes est parcourue d’une tension entre maternité et individuation, qui est devenue conflit ouvert dans le cadre de la mise en place d’une action publique de genre et du retour à la démocratie depuis 1990, puisqu’elle ne s’est pas accompagnée d’une ouverture sur les questions de sexualité et reproduction.