El estudio de las técnicas constructivas en la formación de al-Andalus se enmarca dentro del debate sobre el paso de la Antigüedad Tardía a la Alta Edad Media y desde el análisis de los procesos que intervienen en la producción arquitectónica. A lo largo de los siglos VIII y IX, se observa las dificultadas en la recuperación y normalización de la demanda arquitectónica, en donde conviven los proyectos edilicios en sillería concertada con los construidos en tapial. Esta dualidad en las técnicas constructivas es un ejemplo de la lenta y difícil islamización de la península que culminó en el siglo X con el califato Omeya de Córdoba y que supuso el desarrollo de un verdadero programa arquitectónico andalusí.
La «Torre del Mig»Esta torre se encuentra emplazada en el lienzo de muralla que enlazaba la barbacana de la alcazaba con el arrabal del mar, manteniendo una orientación a Levante. Realizaba la doble función de controlar el paso del albacar y del arrabal del mar al recinto interior de la alcazaba por este lado de la roca (lám. 1).La «Torre del Mig», en origen, es de planta cuadrangular de sillería, de hiladas paralelas con estrechos sillarejos, presentando en los ángulos un refuerzo de encadenado y con el lienzo relleno de mampostería bien trabada.El ingreso principal se encuentra en su lado Norte y es de medio punto en sillería, con un dintel entre las jarjas, también de sillería; su frontis está rellenado con mampostería gallonada y el dintel se apoya sobre dos mén-sulas, muy poco apreciables, pues la abertura original ha sido falseada con un añadido de sillería.En planta se puede apreciar un trazado irregular y la presencia de dos vanos en ángulo, con dobles arcos y sus dovelas en saliente, cubriéndose en pasillo de las puertas con bóveda de cañón, que se ha conservado parcialmente. La fábrica interior de los muros de la torre es de sillería, trabajada a soga y tizón, sólo apreciable en determinadas zonas y sin unidad en su factura.Del segundo acceso o puerta de salida sólo podemos apreciar su arco interior, que es el que presentamos aquí, ya que el exterior está cegado (lám. 2).* Comunicación presentada sn el I Congrés d'Estudis de la Marina Alta (4-8 diciembre de 1 982). Denia.
El pasado mes de diciembre se comenzaron, en un paraje denominado «El Pueblo Antiguo» de las Dunas de Guardamar, unos trabajos de prospección arqueológica, bajo mi dirección y con la ayuda de los arqueólogos Manuel Gea, Antonio García y Nieves Roselló. Para la consecución de estos primeros trabajos ha sido inestimable la ayuda del Ayuntamiento de Guardamar, que ha puesto un gran interés, así como los medios necesarios que estuvieron a su alcance; igualmente ICONA, que puso a nuestra disposición una cuadrilla de diez hombres y la remuneración de uno de los arqueólogos, y por último la Diputación Provincial, que dispuso lo necesario para que el Museo, a través de mi persona y del equipo que lo forma, se hiciera cargo del control arqueológico de los trabajos.El que se llegara a la realización de una prospección arqueológica en este paraje es fruto de una serie de motivos: a fines del siglo XIX se comenzaron los trabajos de consolidación de las Dunas de Guardamar; en estas labores, al hacer un surco para plantación de árboles, aparecieron una serie de muros, encontrándose en uno de ellos, incrustada, una lápida con signos árabes. A este lugar, el ingeniero Mira, encargado de estos trabajos, denominó en sus planos y notas personales como «Pueblo Antiguo». La lápida fue levantada, y posteriormente depositada, por unos familiares del insigne ingeniero/en el Museo de Bellas Artes de Murcia.Pocos años después, el eminente arabista F. Codera estudiaba la lápida y publicaba su traducción (1897):En el nombre de Alá, el Clemente, el Misericordioso. No (hay) Dios, sino Alá; Mahoma es el enviado de Alá; se concluyó esta mezquita en el mes de Almoharrem en el año tres y treinta y tres cientos: mandó construirla Ahmed, hijo de Bohlul, hijo de la hija de Alwatsecbilá, el que busca la re-
Recogemos en este trabajo los datos proporcionados por los castillos de la zona y los poblados medievales en vías de excavación o prospección, complementados con los resultados obtenidos de la consulta sucinta de los conjuntos cerámicos aportados por dichos yacimientos. De ello se desprende, provisionalmente, la existencia de una islamización tardía de la zona en los siglos XI y XII, ya que para la época propiamente califal (s. X) sólo hemos detectado un control militar del área por medio de determinados castillos a gran altura, totalmente desconectados culturalmente con los poblados, de marcada tradición tardorromana. La conquista cristiana (s. XIII) determinó una gran ruptura cultural con el período anterior, apreciable en la casi total desaparición de técnicas y formas cerámicas propias de la cultura material musulmana.
Historians have made in depth studies on the consequences of the Dutch incursions and invasion into the north and northwest of Brazil, for both the Spanish Empire and the United Provinces of the Dutch Republic. The purpose of this paper is to show that the war between Spain and the Dutch Republic also affected the south of Brazil and that it forced Spain to adopt measures that altered the policy of the Spanish Crown regarding Sao Paulo.
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