La proliferación y variedad de las filigranas o marcas de agua es una de las características más llamativas de los diferentes tipos de papeles utilizados para la redacción de documentos en el curso de los siglos XV y XVI. Desde hace ya algún tiempo, diversos investigadores han destacado su importancia por lo que se refiere a la posibilidad de fechar a través de ellas documentos sin data, saber el momento en que se redactó una copia y conseguir, en lí-neas generales, un mejor conocimiento de la industria del papel en la época: lugares de origen, zonas de empleo, período de actividad de los molinos papeleros, relaciones comerciales que posibilitaron su difusión, etc. (1) Además de la información de carácter diplomático que las filigranas nos facilitan, ellas mismas tienen un valor intrínseco en absoluto desdeñable como testimonios gráficos de una época para la cual son tan escasos: martillos, tijeras, cuchillos, espadas, fuelles y un sinfín de útiles de trabajo han quedado registrados en ellas, así como anclas, arcos, candelabros, guantes y muchos otros objetos cuyas formas tienen un evidente interés histórico para el medievalista.Parece ser que el origen de las marcas de agua hay que buscarlo en la Italia del siglo XIII; esa innovación técnica, verdadera marca de fábrica impresa en la hoja en el momento de su fabricación, habría asegurado durante los siglos siguientes un puesto escogido al papel italiano en el mercado de los países de la Europa Occidental (2). El proceso de elaboración mediante el cual se obtienen las filigranas es muy sencillo y ha sido descrito por diversos autores, pero conviene recordarlo (3): la madera descortezada es reducida a fibras y cocida a presión en una caldera; luego, se combina con colas y se diluye para obtener la pasta de papel que, tras ser blanqueada y refinada, se mezcla en una tina donde finaliza la primera fase de su fabricación.
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Los avances en la potencia gráfica de los ordenadores, incrementan el realismo de las representaciones virtuales 3D y la calidad de los detalles, permitiendo realizar estudios muy precisos de la tipología y métodos constructivos. Esto ha permitido poder situar las imágenes y animaciones gráficas en un escenario virtual, en el que observador y patrimonio se relacionen de forma interactiva con total libertad de movimientos. Las evidencias arqueológicas de época medieval en el yacimiento de Torreparedones, identifican un castillo y un recinto de servicios auxiliares. A través del software de los motores de juego, usados comúnmente para el ocio y entretenimiento y los informes arqueológicos se pretende construir un escenario dinámico con elementos del patrimonio cultural del Castillo de Torreparedones de Baena, que permitirá analizar de forma interactiva la hipótesis reconstructiva de la realidad obtenida del estudio, haciendo del observador protagonista de la navegación entre los elementos patrimoniales representados.
Introducción
La reconstrucción 3D y la puesta en valor del Castillo de TorreparedonesEl modelado digital en tres dimensiones constituye una de las herramientas más potentes para la documentación, investigación, divulgación y puesta en valor del patrimonio cultural. En un paso más al conocido foto-realismo 3D, se confeccionará un escenario virtual en modo videojuego de esta fortaleza de mediados del siglo xiii, que permita al observador poder interaccionar directamente con la recreación virtual visualizando información sobre sus funciones y estructuras, bien pinchando sobre ellas o acercándose a las mismas para obtener dicha información. El usuario puede inspeccionar las distintas estancias del castillo, haciendo al pasajero virtual partícipe de la idealización. Esta herramienta, ilumina al observador en la interpretación del patrimonio, caminando a través de la interpretación imaginable del yacimiento y tomando como guía la investigación arqueológica.
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