La beterogeneidad de las escrituras es la rescritura misma, el injfetto.Jacques Derrida, La Dissemination.
Critique 262Con Boquitas Pintadar de Manuel Puig la novela en espanol delimita un sector preciso de su trayectoria: ese en que un genero se vuelve sobre si mismo, distancia su objeto y lo circunscribe, se aleja de su imagen y la sefiala, revela, sin abandonarla, pero minandola de suave risa, la densidad de sus convenciones, las redes de su gramatica. El escritor renuncia aqui a su orfebreria, a sus tatuajes, a las escenografias que consideraba apenas sugerentes y que ahora le parecen de un lirismo neblinoso y grosero; va a trabajar al reves, dando a leer en lo blanco la figura, en la figura el fondo que en el anverso la sustenta, en las letras lo vacio, en la pagina lo acuniado por la tinta; se nos despliega la trama, el tejido, el texto como imbricaci6n de hilos (de sentido) y nudos; aqui el que construye al rev6s, el tapicero, discretamente burlon, complaciente, muestra los bocetos, el andamiaje, los trucos: aqui se trata del "arte" de narrar.Esta distancia, esta mise en cause de la representaci6n narrativa, inseparable quiza de un cierto humor, tiene un precedente. Pero la cantera de donde los Seis problemas para don Isidro Parodi extrae sus topoi, sus situaciones codificadas -la novela policiaca-permanece siempre como un espacio al6geno, como un sitio precedente y exterior al relato. Antes y fuera de Parodi, de su encierro -tambien fisico-se extiende el ambito de lo detectivesco, convertido aqui en teatro macarr6nico. Como Cervantes, Borges supone unr corpus conocido, asimilado por el pensamiento comun del momento -situaciones caballerescas o policiacas-, del cual la novela es la reiteracion elogiosa y burlesca. La cantera, el ambito mediato y sobreentendido de Boquitas pintadas es la novela sentimental, el folletin. Pero en la medida en que la entrega -en los dos