IntroduccIón Somos muchos los que compartimos el interés por conocer el papel de la motivación y la emoción en contextos de logro como el aula 1 . Su estudio ha recibido gran atención por parte de la investigación y en especial en los últimos años (Boekaerts, 2002;Covington, 2000;Linnenbrink, 2006;Perry y VandeKamp, 2000;Pintrich y Schunk, 2006; Sinatra, 2005). Desde un punto de vista más divulgativo, fruto de este interés, encontramos los estudios sobre inteligencia emocional (Goleman, 1995;Mayer y Salovey, 1995) o el reciente campo de la psicología positiva (Csikszentmihalyi, 1998). Pero, ¿por qué? ¿Por qué es una preocupación que parecemos compartir todos? ¿Cuál es la relevancia de estas cuestiones?Uno mismo, cuando piensa en estos temas, puede llegar a concluir de una forma bastante intuitiva que las experiencias motivacionales y emocionales condicionan poderosamente nuestro bienestar y calidad de vida. Al parecer, en esta ocasión, la intuición y el sentido común caminan parejos con la investigación. La investigación nos ha permitido constatar la relevancia de tales experiencias, pero además, nos ayuda a ir un poco más allá, ya que una cosa es conocer su influencia y otra muy diferente estudiar y aprender formas de gestionarla. Así, sabemos, por ejemplo, que para lograr distintos objetivos no vale sólo con 1 Esto es, contextos donde para alcanzar una o varias metas necesitamos la ayuda de otro, puesto que aún no contamos con un modo prestablecido de lograrlo (por ejemplo, interacción profesor-alumnos en contexto de aula, la interacción entre un psicólogo y su paciente durante sesiones de asesoramiento, etc.).proponérselo. Necesitamos regular nuestro comportamiento hacia la consecución de esos objetivos y esto, realmente, es complejo.Cuando afrontamos un nuevo reto, por ejemplo en un contexto académico, no sólo es necesario tener clara la meta que hay que conseguir o los medios de los que disponemos para poder lograrla. Debemos considerar también los motivos que impulsarán nuestro comportamiento, el modo en que nos vemos a nosotros mismos afrontándola e incluso las emociones que podrán acompañarnos a lo largo del proceso, ya que no nos serviría de mucho saber qué queremos o debemos alcanzar, si no consiguiéramos gestionar esas emociones.Por ejemplo: "Imaginemos que nos acabamos de enamorar justo antes de iniciar nuestra andadura en la universidad. Evoquemos juntos ese maravilloso estado de áni-mo. ¡Todo es maravilloso!, ¿verdad? Todo el mundo es amable, la vida es generosa, los amigos son los mejores… y de repente nos vemos a nosotros mismos con asombro en el curso de una clase preguntándonos, ¿de qué están hablando ahora? ¡¿Motivación intrínseca, extrínseca?! ¡¿Eficacia personal?! … Pero qué dicen!!! NOS ACABAMOS DE PER-DER. Vaya con la emoción positiva. Ahora mismo no nos está ayudando a entender la materia, y las probabilidades de sacar buena nota en esta asignatura, de repente, están en riesgo. ¿No debemos enamorarnos?Por Dios, sí. Entonces, ¿qué podemos hacer para no tener que renunciar a nada? Serí...
IntroduccIón Motivos para leer sobran. Hoy en día nadie dudaría de la utilidad de la lectura y de la necesidad de poseer esta habilidad para poder sobrevivir en el mundo industrializado.Condemarín (2001) señala siete razones por las cuales leer es fundamental. Primera, la lectura es el principal medio del lenguaje en el sentido de que cuanto más se lea, mayor será la apropiación y enriquecimiento del lenguaje y estructuras lingüísticas, más amplio será nuestro vocabulario, y que ello constituye la fuente de la cual fluye la presente y futura capacidad de expresión y comprensión del mundo. A este respecto Stahl (2003) sostiene que existe una correlación entre las habilidades lectoras y el conocimiento que los lectores tienen de las palabras.Siguiendo a esta misma autora, comos segunda rázon señala que la lectura es un factor determinante del éxito o del fracaso escolar ya que ésta, además de incrementar su acceso léxico, se convierte en la principal fuente de información académica y también permite el desarrollo de otro tipo de habilidades cognitivas superiores que no pueden ser "enseñadas" directamente ya que permite la estimulación intelectual, y esto repercute en el aprendizaje en su totalidad. Menciona que "quien más lee, está más alerta y en mejores condiciones para aprender" (p 9). Más aún, Cain y Oakhill (2006) en un estudio longitudinal encontraron que los malos comprendedores están generalmente en riesgo de obtener logros educativos pobres además de habilidades verbales o cognitivas débiles, agregando a ello un desarrollo de la comprensión pobre en diferentes formas.La tercera rázon, indica que la lectura expande la memoria humana en el sentido que permite recuperar información sin tener la limitación de procesamiento de los seres humanos. Ejemplo de ello es la lista de la compra que algunas personas suelen hacer para surtir la despensa: no necesariamente tienen que recordar todas las cosas que deberán comprar sino que, si poseen una lista de los víveres que deberán adquirir, puede tener un apoyo externo a su memoria.Por otra parte, la cuarta rázon moviliza activamente la imaginación creadora del individuo ya que permite la creación de imá-genes mentales de diferente índole creadas a partir de la lectura. Por ejemplo, Kintsch (1998) menciona que los buenos lectores son capaces de "recrear la situación, la información a la que se refiere el texto" de tal suerte que se forma un Modelo de la situación (esta idea se desarrollará más ampliamente en el capítulo 2 de esta obra).En la quinta razón se indica que la lectura estimula la producción de textos debido a que la lectura y escritura se retroalimentan entre sí: leer estimula la necesidad de crear textos. Por ejemplo, Strasser, Larraín, López y Lissi (2010) encuentran que la lectura de cuentos ayuda a los niños a mejorar sus habilidades de escritura.En sexto lugar, los textos narrativos y poé-ticos activan y afinan emociones y la afectividad en la medida que muestran conflictos y emociones humanas, lo que permite encontrarse con los propios. Y, finalmente, ...
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