INTRODUCCIÓNLa depresión es un factor de riesgo de morbi-mortalidad cardíaca en pacientes con cardiopatía isquémica, especialmente tras un infarto agudo de miocardio (1). Hasta tal punto se ha asociado a la cardiopatía isquémica que se ha relacionado con un incremento 4 veces mayor en el riesgo de mortalidad durante los primeros 6 meses después de un infarto agudo de miocardio, y su significado pronóstico es comparable a poseer historia de disfunción ventricular izquierda en el seno de un infarto (2) y, según algunos estudios al grado de Killip, la fracción de eyección o el pico de creatin kinasa (3), si bien no todos los estudios prospectivos observacionales han encontrado una asociación entre depresión posterior a un infarto agudo de miocardio y mortalidad (4). Ante dicho debate, la hipótesis más razonable es que el grado de severidad de la enfermedad puede actuar como factor de confusión, dependiendo la exactitud de las percepciones del paciente de la severidad de su patología y de la condición en que se encuentre.Ziegelstein ha señalado que aproximadamente uno de cada seis pacientes experimenta depresión mayor luego de un IAM, y 1 de cada 3 presentan síntomas depresivos durante la hospitalización (5). Un estudio de seguimiento de Lesperance et al. determinó que un 31,5% de pacientes infartados experimentó depresión durante la hospitalización y el primer año posterior al alta. Del total de pacientes con depresión, 50% la presentó durante hospitalización, 42,9% entre el alta y 6 meses, y 7,1% entre 6 y 12 meses después del IAM. Por otra parte, aquellos pacientes que tenían el antecedente de depresión, tuvieron un riesgo mayor de sufrir un nuevo episodio de depresión post IAM, tanto en el hospital como después del alta (6). [0212-7199 (2007)
RESUMENLa depresión mayor es un cuadro común entre pacientes convalecientes de un infarto agudo de miocardio (IAM). Además, síntomas depresivos clínicamente significativos se hallan presentes en otros pacientes cuya severidad sintomática o duración no reúne suficientes criterios establecidos para configurar el diagnóstico de depresión mayor. Durante la pasada década, la evidencia creciente sugiere que junto a su efecto sobre la calidad de vida del paciente, la depresión post-infarto también merece una atención especial ya que se ha descrito un incremento de morbilidad y mortalidad asociadas. Este artículo revisa los estudios que han estudiado la depresión o los síntomas depresivos en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio y se centra en la prevalencia, significación clínica, tratamiento, y métodos de evaluación de este cuadro. Un amplio número de estudios han evaluado varios aspectos de la depresión post-infarto incluyendo la prevalencia, su asociación con mortalidad, efectos adversos mayores y tratamiento.