su interés por mis progresos e investigaciones, ya que desde el primer instante siempre me he sentido con ellos como parte de su equipo, guiándome en todo momento y atendiendo a todas las ideas propuestas. En este mundo tan especial de la investigación, he de reconocer que aún no siendo yo precisamente demasiado religioso, he de decir que a veces hay que tener una esperanza ciega en tus propias creencias científicas, y sin la fe que han tenido en mi, Fernando y Alejandro, no hubiera conseguido perseverar adecuadamente para obtener los resultados deseados. Quisiera agradecer a los compañeros del GEAT, David Cañete, José Luis Gómez y Diego Correas, sus ánimos y ayuda en todas las tareas referentes a la investigación y docencia, puesto que siempre estuvieron ahí cuando se les necesitaba. Igualmente quiero agradecer la colaboración del compañero Juan Hinojosa en las medidas realizadas en el laboratorio. No quiero olvidar que para poder realizar la fabricación de uno de los filtros paso bajo presentados, de cuyo modelo nos fue concedida la primera patente, se ha contado con la implicación del profesor José Antonio Orenes Sánchez, del departamento de fabricación mecánica del IES Miguel de Cervantes. Finalmente, pero no por ello menos importante, quiero agradecer a toda mi familia: Ana María y mis dos hijos, Ana María y Pedro, por el apoyo incondicional que me han dado durante todos estos años, asumiendo y permitiéndome todo el tiempo que he tenido que emplear para desarrollar la tesis que aquí presento. De hecho, yo no hubiera llegado hasta aquí sin el empuje que mi amada mujer Ana María, a la que tanto le debo, me ha dado durante todos estos años. Por supuesto, he de agradecer a mis padres, Pedro y Lola, la educación que me inculcaron desde pequeño, y finalmente, en el día de la exposición, me hubiera gustado haber estado acompañado por mi padre, al que siempre tengo presente.