La gestión de los activos y su renovación generalmente se planifican a nivel anual y operativo. Sin embargo, a nivel estratégico y táctico, las empresas de infraestructuras buscan modelos de gestión que permitan analizar sus activos, su evolución y la detección de aquéllos que deben ser renovados e incorporados antes en las planificaciones a medio y largo plazo. Además, es necesario definir el esfuerzo financiero y su aplicación temporal. Dicho esfuerzo debe permitir que la cartera de activos que conforman la red hídrica esté alineada con los objetivos de gestión de activos de la organización. El seguimiento de los objetivos, entre ellos el mantenimiento sostenible de la infraestructura de red, se puede desarrollar en base a indicadores de gestión que faciliten su renovación. Los indicadores permiten analizar el estado o fortaleza de la organización y constituyen un factor de oportunidad para mejorar la eficiencia en la administración de los activos cuando se combinan las estrategias financieras y las no financieras.