“…La tecnología de RV, como mediadora para los procesos de enseñanza y aprendizaje, ha cobrado auge en las últimas décadas (Hauptman & Cohen, 2011;Shih & Yang, 2008) y se predice que los dispositivos de RV aumentarán su uso en un 85 por ciento durante 2020 (Ravipati, 2017). Como en la sección anterior se menciona, la primera implementación para un contexto de formación, se registró en 1966, en la forma de un simulador de vuelo diseñado con fines de entrenamiento para la fuerza aérea de los EE.UU (Pantelidis, 1991(Pantelidis, -2009 y desde entonces, se han demostrado resultados positivos de su aplicación en entornos educativos, que van desde el aumento del tiempo dedicado a atender la tarea (Huang, Rauch & Liaw, 2010;Johnson et al, 1998), el disfrute (Apostolellis & Bowman, 2014;Ferracani, Pezzatini & Del Bimbo, 2014), la motivación (Cheung et al, 2013;Sharma, Agada & Ruffin, 2013;Jacobson et al, 2005), el pensamiento crítico (Curcio, Dipace & Norlund, 2016), y también algunos/as autores/as refieren al aprendizaje significativo y durable debido a sus propiedades intrínsecas y al mecanismo cognitivo que puede promover esta tecnología (Chienwen et al, 2017;Huang et al, 2010;Rizzo et al, 2006). Otros/as autores/as dedicados al campo de la Educación reconocen el gran potencial de la RV en simuladores, juegos y entornos virtuales, estos últimos se han explotado durante la última década, ya que muchos/as profesores/as han sentido la necesidad de mejorar la experiencia de aprendizaje, para que los cursos, por ejemplo en línea, sean atractivos y proporcionen experiencias más inmersivas (Karaman & Ozen, 2016).…”