“…En este contexto, la encriptación de la información mediante procesamiento óptico se presenta como una herramienta poderosa para la protección de datos (Alfalou, 2018;Alfalou & Brosseau, 2009;Ambs, 2010;Carnicer & Javidi, 2017;Chen, et al, 2014;Graydon, 2013;Javidi, et al, 2016;Li, et al, 2017a;Liang, et al, 2015;Lim, et al, 2019;Liu, et al, 2014;Nomura, et al, 2009;Paganin, 2011;Pile, 2010;Qu, et al, 2020;Treacy, 2013;Zhu, et al, 2021), ya que los sistemas de encriptación de software (algoritmos digitales) (Kaur, et al, 2021) y hardware (dispositivos electrónicos) comercialmente disponibles, que en un principio se pensaron invulnerables, ya pueden quebrantarse (Karimi, et al, 2021;Lázaro, et al, 2021;Mughaid, et al, 2021). Los sistemas de protección basados en el procesamiento óptico han demostrado su potencialidad, versatilidad y aplicabilidad principalmente por su capacidad inherente de procesar en paralelo y la gran confiabilidad de sus grados de libertad, así como el uso de llaves de seguridad físicas en lugar de llaves digitales (Barrera-Ramírez, et al, 2015a;Gluckstad & Riso, 2005;Javidi, 2003;Javidi, et al, 2010;Javidi & Tajahuerce, 2007;Wang & Schipf, 2019a).…”