“…De un lado, el referido Instituto de Investigación Social Datafolha, publicaba un informe, a finales de 2010, en el que señalaba que más del 40% de los brasileños, afirmaba que, con independencia de quien fuese el candidato, votarían por el designado de Lula a suceder con su mandato presidencial (Gómez y Fernandes, 2012). Por otro lado, como se recoge en el trabajo de Gandin (2012), Dilma Rousseff aparece en toda la campaña y la propaganda electoral junto a Lula da Silva, lo cual construye una imagen de co-responsabilidad al frente de los éxitos y logros del Partido de los Trabajadores obtenidos en Brasil desde 2001. Aquí se asocia un elemento que, igualmente, se encontraba en el caso de Cristina Fernández y es la dependencia masculina de la figura política.…”