“…Enseñar a leer y escribir consiste, por tanto, en proponer y acompañar al alumnado en actividad retadora y eficaz, en función de edades y conocimientos previos (Binghan et al, 2017;Connor et al, 2004;Graham et al, 2012;Jolibert, 2001;Jolibert y Sraiki, 2009). La labor docente sigue siendo determinante para trazar trayectorias de éxito en el aprendizaje, tanto en lectura como en escritura (Bingham et al, 2017;Castillo, 2015;Tolchinsky et al, 2012), y para favorecer en el alumnado un sentimiento de autocompetencia que refuerce el avance del proceso (Izquierdo-Magaldi et al, 2020). Desde la perspectiva de docentes e investigadores, se constata que existen dificultades para que los avances en didáctica de la lengua escrita impacten en el profesorado y con ello se generalicen en las aulas.…”