“…No obstante, las complicaciones motoras ocasionadas por este fármaco también se relacionan con la duración y la severidad de la enfermedad, con la dosis administrada, sobre todo altas, con la edad, en la que los jóvenes sufren complicaciones con mayor frecuencia e intensidad, y con la presencia de antecedentes familiares de EP 12 . Aunque en la mayoría de los casos el cuadro es reversible al retirar el fármaco, su tratamiento requiere suspenderlo de una forma gradual, para evitar la aparición de un Síndrome Neuroléptico Maligno, y reintroducirlo paulatinamente hasta alcanzar las dosis mínimas eficaces, precisando ajustes de dosis en ancianos 4 . No obstante, puede ser necesario el empleo de otros medicamentos para el control de los síntomas motores, psiquiátricos y conductuales, en función de la intensidad y repercusión funcional de la corea (tabla 2).…”