Objetivo
Determinar el valor pronóstico de tener un índice tobillo-brazo (ITB) bajo para padecer distintas enfermedades cardiovasculares y si mejora la capacidad predictiva de las principales funciones de riesgo cardiovascular.
Diseño
Estudio de cohorte poblacional.
Emplazamiento
Área sanitaria Don Benito-Villanueva de la Serena (Badajoz). España.
Participantes
Se seleccionaron 2.833 sujetos representativos de los residentes, entre 25 y 79 años.
Mediciones
Se midió el ITB en la inclusión y se registró el primer episodio de cardiopatía isquémica o ictus, la mortalidad cardiovascular y total en siete años de seguimiento. Se calcularon los
hazard ratio
(HR), ajustados por factores de riesgo cardiovascular, para el ITB bajo (< 0,9). Se determinaron los índices de reclasificación neta por categorías, clínica y continua para las funciones REGICOR, FRESCO cardiopatía isquémica, FRESCO enfermedad cardiovascular y SCORE.
Resultados
Se analizaron 2.665 sujetos tras excluir las personas con antecedentes cardiovasculares y las pérdidas. El ITB bajo se asoció con un mayor riesgo, alcanzando una HR (IC 95%) de 6,45 (3,00 – 13,86), 2,60 (1,15 – 5,91), 3,43 (1,39 – 8,44), 2,21 (1,27 – 3,86) para ictus, cardiopatía isquémica, mortalidad cardiovascular y total, respectivamente. La inclusión del ITB mejoró el índice de reclasificación (IC 95%) en el riesgo intermedio según FRESCO cardiovascular en un 24,1% (10,1 – 38,2).
Conclusiones
El ITB bajo está asociado con un incremento importante del riesgo de ictus, cardiopatía isquémica, mortalidad cardiovascular y total en nuestro medio. La inclusión del ITB mejoró la reclasificación de las personas con riesgo intermedio, según FRESCO cardiovascular, por lo que estaría justificada su utilización en esa categoría de riesgo.