Introducción: Existe evidencia creciente sobre la validez del diagnóstico de trastorno bipolar infantil. Existen múltiples factores que contribuyen a que la enfermedad esté infradiagnosticada y se confunda con facilidad con otros trastornos con conductas de externalización patológica, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Caso clínico: Se presenta el caso clínico de un niño con sospecha de trastorno bipolar infantil con el que se ha llevado a cabo un seguimiento semanal desde los 3 hasta los 5 años, con la finalidad de observar su conducta y llevar a cabo un buen diagnóstico diferencial.
Conclusiones: El diagnóstico de trastorno bipolar infantil debe ser considerado en aquellos menores con síntomas graves de hiperactividad, distraibilidad, impulsividad y alteración de la conducta, especialmente en aquellos casos en los que encontremos antecedentes familiares de trastorno bipolar, fluctuaciones anímicas llamativas, episodios de agresividad graves y alteración del sueño.