“…Se trata de la única copia existente del manuscrito original perdido del eximio quechuista, con una caligrafía humanística de comienzos del siglo XVII, en la que habrían participado, según unos, dos o tres copistas(cf. Calvo 2008, Martínez 2011, pero que, siguiendo el análisis paleográfico de Paloma Cuenca, lo más probable es que estemos ante los trazos de un solo escriba, con "un grado variable de mayor o menor cursividad" (cf. Cuenca Muñoz 2010: 224), tal como ya lo había sugerido…”